

David González, alcalde de Valdehúncar
Jueves, 9 de abril 2020, 22:44
¿Cómo estás?
Comenzamos nuestras conversaciones con esta frase, y además lo hacemos más sinceramente.
Me preocupa lo que contarán nuestros hijos a nuestros nietos sobre este momento:.....salimos diferentes, …..mejores personas,….más prudentes, …..más solidarios, ….. más tecnológicos, …..más alertados, …..más globalizados,…..más encerrados y aislados……..
Compartimos estos días en casa la vida familiar y profesional, siendo un follón por no estar acostumbrados y no tener experiencias anteriores, en momentos mezclamos conversaciones profesionales y familiares. Me asombra como nos adaptamos a la situación y creo que estamos todos aprendiendo a sobrevivir.
Hoy los que tenemos la oportunidad de vivir en una casa de planta baja, con patio, en zonas rurales somos unos privilegiados. Creo que por primera vez esto se pondrá como motivo de decisión donde vivir, y podría servir para ayudar en la famosa España Vaciada.
Vivir en pueblos pequeños en estos días todos ven sus ventajas y están muy fáciles de ver. También hay que ser francos y decir que esta situación para los mayores es más compleja, primero porque para ellos es más complicado de entender y segundo porque necesitan que en estos momentos alguien este atentos a ellos. Se trastocan todas sus rutinas y sus manías de hacer las cosas de una forma y ahora las tienen que hacer diferentes, les cuesta entender hacer compras cada 4 o 5 días, estar encerrados en casa sin poder salir, ni siquiera al huerto…..
También para los pequeños es complicado, pero éstos lo llevan mejor, están más acostumbrados y se adaptan más rápido. Ellos recordarán este momento como el de cuando terminaron los deberes por el cuaderno y pasaron todos a Rayuela o al correo electrónico. Ahora es cuando termina un ciclo al igual que la pluma, hoy despedimos al bolígrafo. Bienvenida la tecnología. De repente descubrimos que podemos vivir, trabajar, disfrutar, hacer transferencias, jugar, vernos, comer, pedir un empadronamiento, consultar al médico, ver ciudades, comprar, y hacer toda una vida sin salir de casa... Pero también nos hemos dado cuenta que necesitamos salir de casa, socializar, besarnos, abrazarnos……. Estar en familia.
Como alcalde me toca ser ejemplar y salgo lo imprescindible, ya sea por cuestiones profesionales o familiares. Aún así es raro el día que no salgo de casa, observo y me sorprende como la mayoría estamos respetando este encierro. También la tristeza de la gente cuando estas en las colas «hay ciertos silencios», estamos asustados y preocupados. Nos gustaría salir de esta pesadilla dando valor a esos aplausos de los balcones, a todos y cada uno de esos sectores esenciales, empezando por los sanitarios y terminando, por cualquier otro que nunca se haya nombrado y se sienta discriminado.
Hay tantos y tantas personas que en este momento son esenciales…
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