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Pontón del Guijo. Buceadores en el pantano del Guijo, bajo el Pontón. HOY
Visitas a la Extremadura inundada

Visitas a la Extremadura inundada

La Escuela Española de Actividades Subacuáticas lleva a cabo un proyecto para visitar el patrimonio histórico sumergido en los pantanos extremeños

Eloy García

Lunes, 20 de julio 2020, 12:38

Aunar cultura, deporte y difusión del patrimonio extremeño es uno de los objetivos que persigue la singular iniciativa del Club de Buceo de la Escuela Española de Actividades Subacuáticas (EEAS) iniciada durante el estado de alarma. Se trata de un recorrido por las principales ruinas sumergidas en los pantanos de la región, en el que a modo de prueba han participado una decena de submarinistas.

Los mismos han visitado el dolmen de Guadalperal en el pantano de Valdecañas, la torre de Floripes en el de Alcántara y el puente pontón del Guijo, en el embalse del mismo nombre.

El éxito de las mismas, así como la constatación por parte de los buceadores más avanzados de que se trata de una iniciativa apta para aquellos menos experimentados, ha llevado a los responsables de EEAS a incluir estas inmersiones en su calendario de actividades para la próxima temporada, abierto no solo al resto de sus miembros, sino a aquellos aficionados que quieran unirse.

«Hemos visto que es interesante y asequible, teniendo en cuenta las condiciones de las inmersiones en los pantanos, como es la visibilidad», explica Francisco Peco, una de las personas que han llevado a cabo las tres inmersiones iniciales.

El propio Peco recuerda que la iniciativa surgió en pleno estado de alarma, cuando no podían desarrollar parte de sus actividades habituales debido a las restricciones de movilidad, por lo que no podían ir a bucear fuera de la provincia. Entonces se vieron obligados a adaptarse a la nueva situación para seguir desarrollando su pasión, poniendo el punto de mira en el dolmen de Guadalperal, que fue centro de una intensa cobertura informativa meses atrás.

Torre de Floripes emergiendo de las aguas del pantano de Alcántara. HOY

Tras esa primera incursión llegaron la torre de Floripes y el pontón del Guijo. Entonces fueron conscientes de la posibilidad de incluir estas inmersiones en su calendario de actividades, combinándolas con otras que llevan a cabo en mar abierto.

«Es interesante, porque es asequible técnicamente, por tenerlo cerca y porque además conoceremos más sobre nuestra propia región», subraya Peco.

En similares términos se expresa el presidente del club, José Luis Pérez, quién ya da nombre a la iniciativa, 'proyecto de buceo en el patrimonio histórico sumergido de Extremadura', cuyas inmersiones se irán ampliando en los próximos meses.

«Este conjunto de inmersiones se realiza después de un meticuloso estudio de las principales construcciones históricas de nuestra comunidad que se encuentran sumergidas, principalmente por la construcción de los diferentes pantanos en la década de los cincuenta y sesenta», apunta.

Listos para bucear. Miembros de EEAS en las lanchas que los acercan hasta estos patrimonios extremeños sumergidos. HOY

Aquí se retrotrae a su niñez y adolescencia, rememorando que en «desde que éramos pequeños conocemos las historias de los pueblos que desaparecieron de nuestra vista, según iba subiendo el nivel del agua en los pantanos recién terminados. Esas noticias que aparecían en los periódicos regionales nos invitan hoy a realizar los sueños de visitarlos en las turbias y oscuras aguas de nuestros pantanos».

La idea se fue transformando en un proyecto más ambicioso, a través de las propuestas de los propios miembros del club.

«Todo empezó con una foto del dolmen de Guadalperal. Las fotos, las películas y las novelas son los estímulos que nos hacen viajar por todo el mundo para experimentar las sensaciones que los autores sintieron. Vimos la imagen del dolmen y sentimos que teníamos que verlo debajo del agua. Y así lo hicimos», recuerda.

«¿Cómo no vamos a intentar bucear en estos enclaves mágicos algunos con 7.000 años de antigüedad como el dolmen de Guadalperal, si están ahí?», se pregunta.

Divulgación

Fruto de estas inmersiones es el dossier que han elaborado para divulgar la experiencia, en el que explican cómo se desarrollaron las inmersiones y las características de cada uno de los tres monumentos visitados hasta la fecha, así como las motivaciones para llevar a cabo el proyecto, con imágenes, localizaciones, etcétera.

Del dolmen recuerdan que se halló en 1926, en el transcurso de una campaña de investigación y excavaciones que entre 1925 y 1927 dirigió el arqueólogo alemán Hugo Obermaier, a la vez que hacen un llamamiento para su conservación.

«Prácticamente la mitad de las piedras ya no aguantarán más de dos o tres años su situación actual sin ser intervenido, ya que el barranco sobre las que se asienta se está derrumbando», afirma.

Sobre la torre de Floripes recuerda que es lo único que queda visible del castillo de Rocafrida, y hacen un recorrido histórico por lo que define como «una historia de amor incestuoso» entre el rey Fierabrás y su hermana, la bellísima princesa Floripes.

Finalmente del pontón del Guijo subraya que se trata de un puente que fue capital en la comunicación de la Hispania Romana, así como en la invasión musulmana, ilustrando la información con numerosas instantáneas y planos de la época.

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