Vecinos del entorno denuncian el estado de abandono del parque infantil de Nueva Avenida

«Es un parque infantil en el que no veo niños, porque como está y con los jóvenes que hay y los perros sueltos, no pueden venir». Así de contundente se muestra un vecino del parque infantil de Nueva Avenida, situado en la zona de la Serradilla, mientras limpia el patio de su vivienda y mira con tristeza los restos de basura que dejan los jóvenes que lo frecuentan, y que por su abundancia deben llevar varios días sin recogerse.

La queja por la situación de ese parque no es nueva. De hecho se repite cada cierto tiempo. La penúltima vez fue a primeros de agosto, cuando varias vecinas enviaron un escrito a la alcaldesa alertando sobre su estado de deterioro e insalubridad y pidiendo soluciones.

«Con heces de perros, cristales dentro y fuera de la zona infantil, el agua de la fuente amarilla y sucia, con palomas muertas, hierbas y matorrales dentro de la zona de juego, colillas de todo tipo, columpios rotos, suelo levantado o árboles infectados por pulgones», se dice.

A ello unían los ruidos que sufrían a diario y «todo lo que conlleva el encuentro de jóvenes aquí, siendo más de las diez de la noche, entrando y deteriorando el mobiliario infantil. De hecho creemos que sería conveniente el cierre de las rejas por la noche», afirmaban.

Las firmantes solicitaban una limpieza y un mantenimiento adecuados y «ajustado a un parque infantil, al velar, como padres y madres por la seguridad, higiene y salud de los más pequeños».

Se abordó en el pleno

Algunas de las situaciones denunciadas se corrigieron, como el estado del agua o los cristales rotos, pero otras se mantienen, como manifestó en el último pleno el concejal de Vox, Jorge Martín, al trasladar a la alcaldesa las quejas vecinales y preguntarle que por qué se permitía el consumo de alcohol y drogas por la noche o el vertido de basuras.

Raquel Medina rechazó rotundamente que se permitiera ese consumo, ya que nada más tener conocimiento del escrito pidió a la Policía Local y a la Guardia Civil que intensificaran la vigilancia de la zona.

Pero las quejas continúan, sobre todo en cuanto a la limpieza de la zona o al estado del mobiliario infantil.