

Cerca de las cuatro de la tarde del viernes ha caído sobre Navalmoral una tromba de agua de esas que se recuerdan, aderezada con granizo, provocando las habituales inundaciones de calles, bajos, talleres y establecimientos comerciales y hosteleros y obligando a sus propietarios a achicar el agua.
Al igual que ha ocurrido en la Casa de Comillas, al inundar toda la entrada y llegar el agua hasta el ascensor.
También ha rajado el toldo de una conocida y céntrica tienda de tejidos.
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