Tres políticos populares de la zona en el equipo de la nueva presidenta regional del PP, María Guardiola

Tres dirigentes populares de la zona, Rosa Guadalupe Martín, alcaldesa de Rosalejo; Silvia Sarro, alcaldesa de El Gordo, y Jaime Vega, presidente local de Navalmoral y portavoz municipal, forman parte de la nueva dirección del PP de Extremadura, que preside desde el sábado María Guardiola.

Rosa Guadalupe Martín figuraba en el puesto número 15 de la candidatura encabezada por Guardiola; Silvia Sarro es secretaria ejecutiva de empleo, adscrita a la vicesecretaría de Economía y Hacienda, y Jaime Vega secretario ejecutivo de funcionamiento de los servicios públicos, encuadrado dentro de la vicesecretaria de Acción Social.

Sobre éste último ha mostrado su satisfacción la directiva local, por entender que Jaime Vega tiene la «formación y sensibilidad adecuadas para saber cómo deben tratar las administraciones a las personas, a las familias o las empresas, a través del funcionamiento de los servicios públicos que les prestan'.

Vega, por su parte, agradece la confianza y responsabilidad otorgadas: «para mí supone un orgullo que mi presidenta me confíe esta tarea, desde la que contribuir a que María Guardiola logre su propósito y que Extremadura cambie».

Ganar para cambiar

Como señaló al desgranar la composición de su directiva, el propósito de la nueva presidenta regional del PP es ganar para «provocar el cambio en Extremadura, es la libertad, es llevar oxígeno a las empresas, a las familias; es fomentar la natalidad, rejuvenecer y atraer población; defender el campo, el desarrollo rural, la caza, el mundo de los toros o la producción energética y hacerlo sin complejos», explican los populares moralos.

Un cambio que debe llegar, en su opinión, bajo los principios de «sinceridad y transparencia, que revolucione la fiscalidad y la economía en Extremadura, que apueste por más inversiones y menos impuestos; con diseños de procedimientos útiles que se traduzcan en servicios públicos eficaces y de calidad; donde la burocracia sea mínima y siempre se oriente a la ayuda de las personas, empresas y autónomos y deje de sepultarlas con papeles. Se trata de cambiar de actitud y de ofrecer otro modelo menos costoso, más eficiente, que se traduzca en mejoras y beneficios a las empresas, familias y vecinos en sus patrimonios y haciendas, en sus vidas y en su tiempo».