Sueños rotos
«Y llegaron la crispación, las malas maneras, el enfrentamiento sobreactuado, la humillación, la ofensa gratuita, el desprecio al 'contrario'; y es que ya cualquiera puede llamarse político...»
carlos marcos
Viernes, 19 de febrero 2021, 21:47
Hubo un tiempo en el que ser político, liderar a tu pueblo, dirigirle, luchar por él, representaba un honor, una honra, un orgullo.
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Finalizaban décadas de oscuridad, de tinieblas, de tenebrosidad, de odio, de venganzas; décadas en las que el que más o el que menos tenía algo o a alguien que recordar, que evocar, por lo que llorar, a quien pedir explicaciones...
Pero hubo gente que decidió que tenía que haber un antes y un después; que sin olvidar, había que mirar pa'lante. Ellos fueron los 'lanzados', los que con pundonor, principios e ideas claras se embarcaron a la búsqueda de un camino diferente, de libertad, de principios, de orgullo. Fueron los primeros ayuntamientos DEMOCRATICOS, los del pueblo, los de su gente.
Todos y cada uno de ellos nos recuerdan lo que representaba la política, lo que suponía dar ese paso aún en tiempos convulsos, inseguros con «sonidos de sables» cada dos por tres... con sus defectos, con sus virtudes, con sus limitaciones, pero con la creencia de que era lo correcto, que era lo que necesitábamos, que era lo que había que hacer.
Hubo disputas, encontronazos, enfrentamientos, e incluso salidas de tono que podrían indicarnos que la crispación, las rencillas, las venganzas personales y los rencores de antaño y recientes nos llevarían a un callejón sin salida.
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Nada más lejos de la realidad, poco a poco fuimos siendo conscientes de lo que queríamos, donde NO queríamos volver, y que queríamos olvidar.
…y llegaron otros tiempos; y poco a poco irrumpieron algún que otro buscavidas, vividores, tóxicos, 'iluminados', 'predicadores', demagogos, charlatanes, menesterosos, que se mezclaron con los que conservaban unos principios. Y llegó la crispación, las malas maneras, el enfrentamiento sobreactuado, la humillación, la ofensa gratuita, el desprecio al 'contrario'; y es que ya cualquiera puede llamarse político.
Un gran alcalde
Echo de menos que mi representantes políticos sean humanos, sean 'normales', sean conscientes de sus limitaciones, sean empáticos con sus vecinos, que se bajen de su pedestal imaginario, que sean ellos mismos...¡¡cuántas noches-madrugadas habremos compartido en el cuartelillo (Ayuntamiento) con nuestro gran Alcalde, D. Tomas Yuste*, (*Nota pá' los nuevos y los olvidadizos: Tomas Yuste, Alcalde, REGALÓ todos los terrenos donde ahora se encuentra el hospital y todos sus aparcamiento de alrededor; y le despacharon poniendo el nombre de la calle que sube pal hospital; por cierto, al acto no asistieron ni la tercera parte de la Corporación de entonces, y una veintena de vecinos…ya les valió), contándonos nuestras penas, nuestros temores, nuestras preocupaciones... cuantas. Y cuanta humanidad, cuanta modestia, cuanta sinceridad y cuanta normalidad ante tan gran alta encomienda.
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Cuando volváis a 'guerras' del y tu más; cuando os estéis despellejando; cuando os las estéis midiendo a ver quien la tiene más gorda o más larga, recordad que hubo gente que antepuso muchas de sus convicciones y sus principios para el bien común, su pueblo…y cuando volváis a la disputa de a ver quién llega primero al homenaje, al reconocimiento, a proponer una calle, una plaza, acordaos de que aquí tenemos muchos ejemplos que pueden ser profetas en su tierra.
No sé si aún estaremos a tiempo de recuperarnos, pero con que tengamos un atisbo de esperanza debemos agarrarnos a ella, que no nos puedan decir nunca que todo se quedó en un sueño roto por nuestra culpa.
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Al final te acostumbras y sonríes, aunque todo sea una mierda.
Salud y fuerza.
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