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César Ramos entre Alfredo Vizcaíno y Pedro Fernández MAM

«La situación actual es consecuencia de la decisión que tomó en su día el entonces alcalde, Rafael Mateos»

El diputado César Ramos insiste en las dificultades que presenta el soterramiento y en la necesidad de «mirar al futuro» y aprovechar la «oportunidad histórica» que supone el tren de alta velocidad

Sábado, 17 de julio 2021, 20:12

En 230 millones de euros ha cifrado Adif el coste de soterrar las vías del tren de alta velocidad a su paso por el casco urbano. Son 140 millones más de los 90 presupuestados para el proyecto en superficie, que tendría que pagar el Ayuntamiento y, en consecuencia, todos los vecinos.

Ese sobrecoste es uno de los motivos que llevan al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias a rechazar el soterramiento en el informe que ha enviado al Ayuntamiento, en respuesta al estudio de viabilidad solicitado. Pero no es el único, porque también apunta la dificultad técnica y medioambiental para salvar los cuatro arroyos que pasan por debajo y de plazos, ya que se tiene hasta el año 2026 para construir el tren extremeño con fondos del plan de recuperación europeo. De no hacerse dentro de plazo, ese dinero podría perderse.

La respuesta de Adif la dio a conocer el viernes el portavoz municipal, Pedro Fernández, tras reunirse con los portavoces de PP, Ciudadanos y Extremeños para informarles de su contenido, y a la que no pudieron asistir Vox y Unidas por Navalmoral.

Fernández incidió en el tema económico, ya que el sobrecoste tendría que salir de otra administración, con 140 millones de euros que quedan fuera del alcance del Ayuntamiento por mucho que quisiera, dado que su presupuesto anual es de 14 o 15 millones. Eso supondría 8.000 euros por vecino.

Pero aun así, aunque se hiciera ese esfuerzo –que insistió es inviable– tampoco es seguro que se consiguieran los permisos y autorizaciones ambientales necesarios, por lo que se correría el riesgo de dejar pasar los plazos y perder el dinero y una oportunidad de desarrollo.

Por todo ello, y por «responsabilidad», a pesar de haber nacido «al otro lado de la vía» y gustarle la idea del soterramiento, cree que a estas alturas lo que se debe hacer es luchar por conseguir todas las mejoras posibles en el proyecto en superficie.

Antes de 2007

En ese argumento insistió el diputado César Ramos, no sin recordar que la situación actual es consecuencia de la decisión que tomó en su día, antes del año 2007, el entonces alcalde, Rafael Mateos, que apostó porque el tren fuera por el trazado que tiene, en lugar de sacarle del casco urbano, y en superficie por motivos económicos y de seguridad.

En base a esa decisión se elaboró un proyecto, presentado en 2011, que considera muy deficiente. De ahí que lo que han hecho, sobre todo en la anterior legislatura, ha sido tratar de mejorarlo, pasando de los 70 millones de euros iniciales a 90, y que, por lo que conoce, se convertirá en un referente de integración para futuras actuaciones.

Por eso le extraña la actitud de los actuales dirigentes del PP, dado que fue un alcalde de su partido el que decidió que el tren pasara por el casco urbano en superficie con un proyecto «con muchas carencias».

Para terminar, insistió en las dificultades de todo tipo que presenta el soterramiento y en la necesidad de «mirar al futuro» y aprovechar una «oportunidad histórica» para Extremadura y Navalmoral, con el tren de alta velocidad, las mercancías y el polígono expacionavalmoral, donde auguró que pronto se anunciará la llegada de empresas importantes.

Ambos avanzaron, por último, la presencia en septiembre de técnicos de Adif para dar a conocer a vecinos y colectivos todos los detalles del proyecto en superficie, antes de salir a licitación.

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