La autora del texto, Livia Drusila, ante el ordenador HOY
Reflexiones sobre la crisis del coronavirus

«El sistema sanitario ha sufrido duros recortes, que se ven reflejados en las cifras que está dejando esta pandemia»

«Los que convivimos día a día con el personal sanitario estamos más expuestos que el resto de la población»

Livia Drusila Castro, hija de una profesional de la sanidaD

Sábado, 28 de marzo 2020, 21:54

«La situación es crítica». Así denunciábamos hace unos días las precarias condiciones a las que estaba sometida la comunidad sanitaria en el hospital Campo Arañuelo y, como consecuencia directa, sus pacientes.

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A mí misma me sorprende que haya salido de mi boca ese titular, ya que yo era la que hace poco más de un mes renegaba de contribuir a la propagación de esta histeria colectiva, que hoy ya, se ha apropiado de todos, o casi todos nosotros.

El sistema sanitario extremeño, así como el español, ha sufrido, estos años atrás, duros recortes, que, por desgracia, se están viendo reflejados en las escabrosas cifras que está dejando esta pandemia. El porcentaje de sanitarios infectados se acerca ya al 14%, según datos oficiales.

Cifras que evidencian la falta de material y protección en los hospitales, como por ejemplo el de Navalmoral, en el que su personal no disponía de equipos de protección individual (EPIS) ni de mascarillas FFP2. Si bien, días después de la solicitud sí se proporcionaron este tipo de mascarillas. La realidad es que se ofrecía una por persona, cuando lo correcto sería utilizar una diferente cada día.

Este panorama, causa estrés a todas esas personas que luchan cada día por nuestra salud, y también como no, a esas otras profesiones que a veces no mencionamos, pero que tan importantes son para que el sistema siga funcionando.

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Me refiero al personal de limpieza quien, como es obvio, tampoco dispone de los recursos para protegerse. Estas personas desempeñan una labor esencial en este proceso, desinfectando todas las superficies, para que nosotros no nos contagiemos.

Pero como decía, esta situación de estrés y de ansiedad, debido al colapso sanitario y a la falta de recursos, hace que nuestros profesionales se debiliten física y psíquicamente, ya que, cuando llegan a casa, su labor sigue, puesto que al no estar correctamente protegidos en el trabajo tienen que quitarse toda la ropa fuera y desinfectar todo aquello que van tocando, para, insisto, protegernos a los demás.

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Por esta razón debemos ayudarlos, porque si ellos enferman, no habrá quien se haga cargo de esta situación.

Gestos solidarios

En Navalmoral ya han sido varios los colectivos que han donado mascarillas y guantes. Como por ejemplo desde la Clínica Dental Jesús Genovés o desde la iniciativa Ángeles contra el Covid, que están tramitando la llegada del material, según informa David Gibello, colaborador de esta iniciativa.

Yolanda Serradilla y Alberto Sánchez en plena tarea HOY

Pero insistiendo en la necesidad de EPIS, Yolanda Serradilla y Alberto Sánchez, un matrimonio moralo, ha decidido ponerse a confeccionar batas de plástico para lograr una mejor protección. Yolanda es, además, celadora en el hospital de Talavera de la Reina.

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Por otra parte, también algunas personas se han comprometido a brindar sus viviendas desocupadas para el personal sanitario que convive con población de riesgo. Como es el caso de Almudena Jiménez, que convive con su madre, de más de 85 años, y que gracias a Rocío Lozano y su familia va a poder aislarse durante el próximo mes para no poner en peligro la vida de nuestros mayores.

Riesgo de los familiares

La realidad, es que los que convivimos día a día con el personal sanitario estamos potencialmente más expuestos que el resto de la población, y, muchos de vosotros os preguntaréis qué podemos hacer en nuestras casas para evitarlo. Pues bien, según el Grupo Especial de Operaciones de Salvamento algunas de las medidas que podemos llevar a cabo son:

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1. Quitarse la ropa y los zapatos, a poder ser, antes de entrar en casa, o en última instancia en la puerta. Guardar todo en una bolsa y echarlo a lavar.

2. Dejar el bolso, la cartera y las llaves en una caja en la entrada.

3. Lavar el móvil y las gafas con agua y jabón o, en su caso, alcohol.

4. Ducharse al llegar o lavarse bien todas las zonas expuestas.

5. Limpiar con lejía las superficies y los productos que hayan venido de fuera.

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6. Mantener la distancia de un metro de seguridad y dormir en habitaciones separadas.

7. Ventilar a menudo las habitaciones.

8. Recogerse el pelo y evitar llevar accesorios, como pendientes o anillos.

Pero, sobre todo, debemos mantener la calma. Es importante que estemos tranquilos para no desestabilizar psicológicamente a quienes nos rodean y proteger a las personas más vulnerables. Tantos días de confinamiento producen los primeros roces en casa, pero debemos evitar las discusiones innecesarias.

La desesperación se adueña de nosotros, sobre todo de los niños y los jóvenes, quiénes por nuestra corta edad, tenemos mucha más energía que una persona de edad más avanzada. Aprovechemos estos días para hacer un ejercicio de introspección, para mejorar como personas y ayudar en casa lo máximo posible.

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Mientras tanto, nos vemos en los balcones.

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