Cerca de 800 vecinos de Saucedilla han pasado entre el lunes y el viernes por el edificio multiusos de esa población para someterse a los test rápidos del Covid-19, por iniciativa del Ayuntamiento, que ha contratado para ello a la Clínica Salus, de Navalmoral. En el momento de elaborar esta información no se había detectado ningún positivo.
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La alcaldesa, Paloma López, explicó a HOY que todo surgió tras hacer pruebas PCR a los trabajadores municipales, unos 90, y preguntar algunos vecinos que por qué a unos sí y a otro no. A partir de ahí se plantearon la posibilidad de hacer test a toda la ciudadanía, por entender que sería una forma de atajar la enfermedad y tener así mayor seguridad.
Una vez decidido se lo consultaron a la Junta de Extremadura, dado que los ayuntamientos no tienen competencia en materia sanitaria. La respuesta que recibieron fue el escrito que la consejería de Sanidad ha remitido a la Fempex con el protocolo a seguir, que obliga a que los test los hagan profesionales sanitarios y a comunicar los casos positivos en menos de 24 horas.
Con esa opción sobre la mesa empezaron a buscar laboratorios que tuvieran personal y medios suficientes, a un precio razonable y en el menor tiempo posible. Fue cuando contactaron con la Clínica Salus, que ha creado un equipo especializado en la «realización de test rápidos para la determinación de anticuerpos frente al SARS-Cov-2, virus responsable del Covid-19, con una sensibilidad del 90%,» según explica.
150 test al día
Ese equipo, formado por cinco profesionales, empezó a trabajar el lunes en dos espacios habilitados en el edificio multiusos, un local amplio con varios accesos que permite que los vecinos no coincidan en la entrada y la salida y así garantizar la seguridad al máximo. Quienes han acudido lo han hecho dando su consentimiento por escrito y con cita previa, que si bien inicialmente iba a ser por orden alfabético, después se simplificó por calles y familias. En total 150 test al día, 75 por mesa.
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El coste para el Ayuntamiento será de casi 29.000 euros, además de los 10.600 que costaron las pruebas PCR a los trabajadores municipales. Un dinero que desde el Ayuntamiento se da por bien empleado si sirve para conocer la situación epidemiológica real de la población, tranquilizar a los vecinos y permitir retomar algunas actividades municipales.
«Sinceramente estoy contenta de haber hecho los test, porque veo a los vecinos más tranquilos», decía, para terminar, la alcaldesa.
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