El retablo de la ermita del Cristo de Valverde de la Vera se restaura gracias a una suscripción popular

El último domingo de junio los vecinos de Valverde de la Vera devolvieron la imagen del Cristo a su ermita, después de restaurar el retablo que amenazaba ruina. Ellos mismos han asumido su coste.

«Cuatro mujeres de la localidad -Milagros, Julia, Antonia y Tachi- devotas y cuidadoras de la ermita, llevaban tiempo ahorrando dinero para hacerlo y ante su inminente derrumbe, por culpa de las termitas, dieron la voz de alarma. El Club de Mayores, del que son socias, lideró una suscripción popular que en solo dos meses reunió los 9.000 euros que ha costado», según explicó a este diario el presidente de dicho club, Manuel V. Fernández.

Además de la alegría por recuperar el retablo, los trabajos de restauración proporcionaron una agradable sorpresa, ya que al retirar uno de los paños apareció una «excelente pintura sobre tabla de grandes dimensiones que representa un magnífico calvario de la segunda mitad del siglo XVI. Dicha obra necesita un delicado proceso de reparación: unir y reparar las juntas de las 6 grandes tablas de la base, limpieza, eliminación de añadidos y desperfectos, fijación y reposición de algunos fragmentos de pintura...», añadió el propio Fernández.

La ermita del Cristo es una construcción del siglo XVI que, en un principio, estaba dedicada a San Martín y que a pesar de su sencillez exterior atesora valiosas obras de arte, como una imagen del Cristo muy expresiva, el retablo en cuestión, la pintura sobre tabla y un altar de azulejos talaveranos del siglo XVI «que también necesita ser atendido».

Comisión gestora

Una comisión gestora se encargará de canalizar el proceso para lograr la restauración de la pintura y el altar de azulejos, dañado en la riada que se produjo hace dos años al romperse una balsa de agua que anegó buena parte de la población.

Después de colocar al Cristo en su ermita, el Club de Mayores organizó un acto en el que Francisco Sanz Fernández, doctor en Historia del Arte, explicó a los asistentes la labor realizada en la restauración del retablo por la misma empresa que reparó el sepulcro de los Condes de Nieva, la trujillana Conservación de Bienes de Arte (CBA), y el gran valor del monumento.