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Héctor Izquierdo, autor del texto HOY

Opinión

Respirar no desgrava

En España ser autónomo no es un trabajo: es un escape room mensual. Que si cuota, que si IVA, que si IRPF...

Héctor Izquierdo San Miguel, autónomo del sector hostelero

Lunes, 22 de diciembre 2025, 17:03

En España ser autónomo no es un trabajo: es un escape room mensual. Que si cuota, que si IVA, que si IRPF, que si el trimestre que viene lo bordas… porque este está siendo para olvidar. El autónomo español es un héroe de acción, pero sin capa, sin salario fijo y sin final feliz en la película. Un protagonista que sobrevive a la jungla cada mes sin efectos especiales.

Nos venden la moto del «sé tu propio jefe», pero nadie te avisa de que tu jefe puede ser un auténtico tirano: tú mismo, mirándote al espejo y diciendo: «no hay descanso hasta que cuadren las cuentas». Porque aquí funciona así: si ganas, pagas; si no ganas… también pagas. Es como si en el gimnasio te cobraran por pensar en ponerte en forma. «¿Hoy no entra ni un cliente? Pues 320 € de cuota, campeón, y gracias por emprender».

Ponerse malo, ni en sueños. Una gripe para un autónomo no es una enfermedad: es un ataque financiero. Ibuprofeno, sonrisa y a facturar. Total, tu salud tampoco desgrava.

La burocracia, incansable: formularios, certificados, claves, contraseñas, plataformas que fallan justo cuando toca presentar el trimestre… un laberinto diseñado para que te sientas delincuente hasta que demuestres lo contrario. Y cuando al fin trabajas y cobras… perdón, cuando trabajas y ya cobrarás.

Porque la morosidad no perdona: un mes currando y otro mendigando lo que ya hiciste. Con Hacienda no vale un «ya me pagarán». Ellos responden: «Perfecto, pero tú paga ahora».

Y luego está la broma macabra de la jubilación: décadas cotizando para acabar cobrando menos que el wifi del negocio.

Pero hay un capítulo del que nadie quiere hablar, aunque cuando te toca… te destroza: la baja laboral estratégica. No es la norma -la mayoría de trabajadores son legales y responsables-, pero cuando alguien decide que necesita una baja por «ansiedad» o «estrés» porque no ha salido lo que quería… al autónomo se le cae la persiana encima.

Porque automáticamente: pagas el 100% de su salario, pagas la Seguridad Social, pagas tu cuota, pagas todo. La mutua te dice que te peines: «es enfermedad común». Y la Seguridad Social ya si eso… cuando se acuerde… te devolverá lo que adelantaste en cómodas y diminutas cuotas. Eso sí que da ansiedad. Pero la tuya no trae parte médico.

Aquí el autónomo no solo levanta persianas: mantiene vivo el entorno. Comercios, bares, talleres, servicios… la vida real. En Navalmoral de la Mata, por ejemplo, la economía late al ritmo de quienes abren la puerta cada mañana en la calle peatonal, en la Avenida de las Angustias, en el Mercado, en los barrios. Son los que iluminan el pueblo cuando las luces de Navidad ya se han apagado.

Cuando llega un evento grande -una feria, un día de toros o un festivo que atrae a gente de toda la comarca- todos sabemos quién lleva el peso del trabajo: los pequeños negocios, los de siempre.

Un parche que se cae al mes siguiente

Y, sin embargo, cuando toca pedir ayudas, simplificar trámites o que el Ayuntamiento o la Junta piensen en ellos… resulta que no hay presupuesto. Y cuando sí lo hay, es tan escaso que apenas da para un corto respiro, un parche que se cae al mes siguiente. Una palmadita en la espalda financiada… por la propia espalda que palmean.

El autónomo forma parte del paisaje, sí… pero sin él el paisaje se muere: locales vacíos en alquiler. Persianas bajadas sin fecha de retorno. Calles sin ruido, sin vida, sin futuro. Y no hablamos solo de economía: hablamos de identidad. Porque un municipio sin sus autónomos deja de ser un pueblo para convertirse en un simple punto en el mapa.

Y ahí siguen. Con el «este mes sí arrancará» como mantra. Lo que pedimos es tan normal y lógico que da vergüenza explicarlo:

Cuota ajustada a ingresos reales; que enfermar no sea un suicidio económico; 1ue la Administración cobre cuando tú cobres; protección ante abusos en bajas laborales; aplicar por fin la norma europea de si no superas 85.000 € al año no pagas IVA.

España debería mimar a sus autónomos. O al menos dejar de machacarlos mientras presumen de «emprendimiento». Porque si un día se hartan y cierran todos a la vez… ni Amazon nos salva del caos.

Los autónomos no piden ser héroes: solo dejar de ser tratados como los villanos del sistema… con facturas pendientes.

Mientras tanto, seguiremos levantando la persiana cada mañana. Con café, dignidad y esa esperanza incorregible que -mira tú- tampoco desgrava. ¡Ni un céntimo!.

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