

Repulsa unánime de la ciudadanía morala tras difundirse la agresión sufrida en la noche del lunes por un conocido hostelero local, Carlos Manzano, por parte de un cliente al que llamó la atención por fumarse un porro en la terraza del bar que regenta su familia desde hace varias décadas, el Manzano.
Así lo relató él mismo poco después del incidente en las redes sociales, diciendo, para empezar, que «una vez más se repite la misma historia en Navalmoral de la Mata. Esta noche he sido agredido por una persona, por decirlo por respeto. Este sinvergüenza, que ya es conocido, se ha presentado en mi local a última hora, se ha sentado en la terraza, ha pedido una cerveza y con toda su cara fumándose un porro. Le he llamado la atención y le he dicho que en mi local no se permite ese tipo de actuación y mucho menos con otros clientes en el bar».
Lejos de cesar en su actitud o de marcharse, el individuo en cuestión, según relata, se ha puesto agresivo, hasta el punto que cuando se ha dado la vuelta por no discutircon él, le ha pegado un puñetazo, «rompiéndome la ceja, la nariz y las gafas tirándome al suelo, donde me ha seguido dando patadas ocasionándome heridas en las piernas y en el abdomen y teniendo que ser atendido por los servicios de urgencias por las heridas ocasionadas».
Con esas heridas y con la indignación y la impotencia a cuestas, Manzano se hacía varias preguntas, como por qué tenemos que seguir aguantando esto o por qué «tenemos que soportar esta gentuza que no aporta nada a nuestro país y encima les estamos dando paguitas...».
«Llamadme racista o lo que queráis, pero esto no lo puedo entender», añadía, si bien para demostrar que no lo es, si no que rechaza este tipo de comportamientos, recuerda que tiene trabajando con él dos personas de origen magrebí y una argentina «de las cuales estoy encantado. Lo digo por si pensáis en el racismo».
También agredió a clientes
Para terminar, el hostelero agredido lamenta que los clientes que estaban en ese momento en el establecimiento no solo presenciaran el espectáculo, si que incluso fueran tirados al suelo por el hombre en cuestión, que también empujó a su mujer y a sus camareras.
«Espero que las autoridades (si se lo permiten) puedan hacer algo», afirma para terminar.
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