

Bárbara rodríguez sánchez
Domingo, 24 de mayo 2020, 12:05
Hace poco más de dos semanas comenzaba el proceso de desescalada que nos acerca lenta y progresivamente a esa extraña 'nueva normalidad' de la que tanto hemos oído hablar en los últimos días.
A muchos esto de 'nueva normalidad' les suena a novela de Orwell o a capítulo de 'Black Mirror'; en definitiva, les suena a distopía, a pura ciencia ficción. Y es que la realidad que se nos presenta poco o nada tiene que ver con esa auténtica normalidad que dejamos atrás el 14 de marzo.
Sin duda, esta 'nueva normalidad' a la que no nos queda otra que acostumbrarnos, está cargada de ingredientes que la hacen de todo menos normal; cada vez que toca salir de casa tenemos que equiparnos como si nos dirigiésemos al mismísimo Chernóbil: mascarilla, guantes y todos los sentidos en estado de alarma para no contaminarnos ni contaminar: ¿En serio esto puede ser considerado normal? Desde luego que no.
Dadas las circunstancias, salir a ahí fuera se hace complicado ya que la escena que encontramos cuando cruzamos la puerta de nuestra casa está lejos de poder considerarse 'normal'.
Protocolo de seguridad
Aunque parece que algunos creen que esto ya ha pasado, para otros salir a la calle sigue suponiendo un reto y es que es difícil acostumbrarse a no reconocer bien a las personas que se cruzan contigo por culpa de la mascarilla del mismo modo que también resulta complicado acostumbrarse a esta nueva forma de hacer la compra, ir a la peluquería o sentarse en una terraza. Cualquier actividad rutinaria ahora se ve rodeada de todo un protocolo de seguridad del cual depende nuestra salud y la del resto de nuestros vecinos, algo que puede generarnos ansiedad o incluso miedo y rechazo a salir de nuevo.
Estar confinados en casa durante dos meses ha podido ser agobiante, pero salir a esta nueva 'normalidad' puede serlo aún más. La mascarilla, la incertidumbre y el miedo se han convertido en nuestros compañeros de vida en esta nueva rutina y aunque pueda ser tedioso o agobiante, solo nos queda adaptarnos.
'Volver' a algo que es totalmente nuevo suena paradójico y contradictorio y llamar 'normalidad' a la realidad a la que nos conduce la desescalada roza la ironía, pero sería muy duro reconocer que la vida que conocíamos antes de la crisis sanitaria tardará aún en volver.
De frente se nos presenta el que será, sin duda, el verano más extraño de nuestras vidas y acostumbrarse durante los próximos meses a esta peculiar situación que ha traído consigo el coronavarius será difícil, pero lo superaremos juntos y volveremos a esa verdadera normalidad que ahora tanto añoramos.
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