De pequeño empresario acomodado, con perspectivas de ampliar su actividad y la de su hijo con nuevos negocios, a subsistir con poco más de 400 euros al mes de ayuda, siendo visto como un «delincuente» por algunos de sus vecinos y con problemas de salud mental suyos y, sobre todo, de su esposa.
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Ese es el vuelco que ha dado en pocos años la vida de Francisco Javier Núñez, tabaquero de Pueblonuevo de Miramontes de 59 años, desde el «desafortunado» día en el que decidió incorporarse al proyecto de Grutaba, una cooperativa tabaquera surgida hace más de una década en el Campo Arañuelo con miras muy ambiciosas. Como construir unos modernos secaderos para dar salida a la producción de los cooperativistas, en un momento en el que empezaba a imponerse un modelo de secado en común para abaratar costes.
Pero las cosas no salieron como esperaban ni como les prometieron, asegura, a pesar de las subvenciones millonarias recibidas de la Junta de Extremadura para montar los secaderos que se crearon en el polígono Campo Arañuelo, de Navalmoral. Unas subvenciones que ahora tienen que devolver al no haber justificado el fin para el que se entregaron en su día, «sin control alguno», afirma.
Y si solo fuera eso casi se darían por satisfechos, puesto que a ello se unen las deudas acumuladas con los proveedores que les suministraban material o con los propietarios de los locales donde estuvieron de alquiler. Hasta 10 ó 15 millones de euros cree que se adeudan por distintos conceptos. De ahí que les hayan reclamado, y embargado en algunos casos, más de 400.000 euros a cada uno de los miembros del Consejo Rector, ajenos en su día a lo que se estaba haciendo «por más que preguntábamos».
Denuncia en los tribunales
Todo esto lo ha denunciado en el Juzgado de Navalmoral, donde ya ha prestado declaración, además de solicitar documentación a los ayuntamientos afectados o a la propia Junta de Extremadura, por entender que son numerosas las entidades y personas implicadas «al mirar para otro lado cuando se estaba cometiendo un fraude». La denuncia se dirige al Consejo de Dirección y al administrador de la cooperativa por su gestión, «tan nefasta como opaca».
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Lo extraño, a su juicio, es que hasta ahora solo haya sido él quien ha dado el paso de denunciarlo en los tribunales y de darlo a conocer en los medios de comunicación, cuando insiste que son muchos los afectados de toda la zona, y que poco a poco se van sumando «porque lo están pasando mal y quieren respuestas».
«Las personas que gestionaron Grutaba han arruinado a muchas familias y alguien tiene que ser responsable, porque nadie sabe donde está todo ese dinero», señala, al tiempo que avanza que esto es solo un primer paso, puesto que está convencido que saldrán más «cosas raras» y más cooperativas afectadas.
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