

La central nuclear de Almaraz trabaja desde hace tiempo en la planificación del desmantelamiento de la instalación una vez que cese su actividad, en noviembre del 2027 la Unidad I y en octubre del 2028 la Unidad II de cumplirse el calendario previsto. Lo hace a través de un nuevo departamento de Transición de Activos dedicado, fundamentalmente, a la documentación asociada, al futuro de la plantilla y a la transferencia a Enresa, que será la encargada de esa tarea.
Pero al mismo tiempo sus responsables todavía confían en que la situación pueda revertirse y prolongarse su funcionamiento, puesto que está en condiciones de operar «dos, cinco o diez años más tras las inversiones periódicas que se hacen para mejorar eficiencia y seguridad».
A esos dos escenarios posibles se refirió el director de la CNA, Rafael Campos, en su comparecencia del miércoles en Navalmoral para dar cuenta del funcionamiento de la planta durante el año 2023 y donde, lógicamente, se le preguntó por el calendario de cierre. Ahí fijó el primer trimestre del 2025 como «punto de no retorno», por cuestiones de planificación y de disponibilidad de combustible.
Esto es, que para entonces debe saberse con certeza si va a continuar o no funcionando más allá del cierre programado, porque en el hipotético caso de que se decidiera después, tendría que parar un tiempo antes de reanudar la producción, como ha ocurrido, según dijo, en una central en Bélgica.
En caso contrario, de mantenerse el calendario establecido, los trabajos se prolongarían entre 13 y 15 años, puesto que una vez que se pare el reactor hay que esperar tres años para empezar el desmantelamiento propiamente dicho.
En cuanto los residuos, señaló que el actual Almacén Temporal Individualizado (ATI-20) se completará el próximo año con los tres contenedores que faltan, puesto que ahora mismo hay 17. Sobre el nuevo, el ATI-100, cuyos trámites administrativos están en marcha, esperan tenerlo operativo en 2027 para albergar todos los elementos de combustibles utilizados hasta entonces.
En cualquier caso, sea un escenario u otro, insistió en que trabajarán hasta el último día para garantizar la producción con la máxima seguridad posible.
Sobre las cifras del 2023, manifestó que Almaraz tuvo unos «magníficos registros en seguridad, dosis, producción y ejecución de paradas para recarga de combustible». La producción bruta generada entre las dos unidades fue de 16.928 GWh, el tercer mejor dato histórico desde el inicio de su operación comercial en 1983, «evitando la emisión de 5,5 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera«. Se trata de la instalación de mayor aportación al sistema eléctrico nacional, con el 7% del consumo de todo el país, lo que equivale a unos cuatro millones de hogares.
Por último, destacó los 50 millones de euros invertidos en 2023 y otros tantos que se invertirán en 2024 «en mejoras continuas».
Nueva recarga
La comparecencia del director de la CNA coincidió con el inicio de los trabajos de la 28ª recarga de combustible de la Unidad II, que tendrá una duración prevista de 34 días y para la que se han incorporado más de 1.200 trabajadores adicionales a la plantilla habitual, la mayoría procedentes del entorno, de unas 70 empresas especializadas.
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