El portavoz municipal defiende la limpieza y el mantenimiento que se hace en la red de saneamiento
Juan Máximo Villar asegura que el sábado se vivió una situacióin excepcional «debido al agua que entraba»
La inundación de calles, garajes o sótanos que provocó la tromba de agua que cayó en la tarde del sábado no se debió a la falta de limpieza de los imbornales ni de mantenimiento, sino a una situación excepcional que afecta especialmente a determinadas zonas del casco urbano.
En ese mensaje insistió el lunes el concejal de Infraestructuras, Juan Máximo Villar, en una rueda de prensa convocada con urgencia para informar sobre los daños ocasionados por el aguadero y las actuaciones llevadas a cabo, ante las críticas recibidas, respaldado por un informe de la empresa que gestiona el servicio de agua y otro de la Oficina Técnica de Obras.
También del parte de la Policía Local, que recoge una veintena de incidencias entre las 17.27 h. y las 20.00 h., en su mayoría leves, como la caída de árboles y ramas, el desprendimiento de un tejado de chapa de una nave y de una valla publicitaria o la inundación de viviendas y locales por alcantarillas atascadas.
«Por la cantidad de litros que cayeron en tan poco tiempo (10 según unas fuentes, 24 según otras), vimos algunas calles anegadas y no por falta de limpieza de imbornales ni de mantenimiento sino por la cantidad de agua que entraba. El arroyo se colapsó y los aliviaderos echaban el agua hacia arriba. Por eso salía tanta de algunas zonas, como las que están en el tránsito del arroyo de la Sensa o Jorge Moro y el parque de los Colorines en el tránsito del arroyo del Molinillo».
Informe de la empresa
En el informe emitido por la empresa UTE Aguas de Navalmoral se explica que la borrasca había sido notificada por la Agencia Estatal de Meteorología, «por lo que el viernes ya se reforzaron los servicios de limpieza y control de puntos críticos, incluyendo los arroyos para evitar obstrucciones, ya que estamos acostumbrados que a la entrada de los mismos algunos incivilizados ciudadanos arrojen cajas, sillas o colchones».
Asimismo se dice que desde el comienzo de las lluvias el servicio de agua movilizó varias patrullas, dotadas de vehículos de inspección y de limpieza a alta presión, para recorrer la población e intentar minimizar los efectos del temporal». Todo ello se realizó en varias fases y en diferentes zonas que se detallan, con la limpieza de hojas sobre rejas de imbornales, desatasco de tuberías, colocación de rejas y tapas o refuerzo de limpieza de entrada en la EDAR.
«Salvo algunos puntos concretos, a los diez minutos de terminar la lluvia ya no había acumulación de agua en la calzada, por lo que, en líneas generales, la red de comportó de forma satisfactoria. Sí se produjo un caso especial, como viene siendo habitual, en la estación de servicio de La Bamba debido a las obras que se están llevando a cabo y que producen el arrastre de gran cantidad de barro».
Las actuaciones se dieron por finalizadas a las ocho y media de la tarde del sábado, para reanudarse a primera hora del lunes, en coordinación con la Policía Local, la concejalía de Infraestructuras y la Oficina Técnica.
En parecidos términos se expresa la Oficina Técnica, que recuerda que el casco urbano es atravesado por varios arroyos que están canalizados y soterrados, «lo que ocasiona que la ciudad tenga zonas que sean susceptibles de producirse inundaciones», y que episodios de acumulación de agua en ciertos puntos son «inevitables a pesar de todos los esfuerzos que se realizan».
No obstante añade que una vez que bajó la intensidad de la lluvia, prácticamente desaparecieron la totalidad de las acumulaciones de agua que se habían producido. «Esto da ida de que la red de saneamiento funcionó como se la debe de requerir», afirma el ingeniero técnico de Obras Públicas municipal.
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