ELOY GARCÍA
Domingo, 7 de febrero 2021, 19:17
La pandemia se ha llevado muchos negocios por delante, por desgracia, mientras que otros prácticamente nacieron en ella... y por suerte resisten. Este es el caso del premiado proyecto del vallisoletano Javier Arinero, cuyo apellido parecía marcarle desde bien temprano el rumbo a seguir.
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Y es que La Panadería –el obrador artesano que regenta en Peraleda de la Mata– acaba de cumplir un año, celebración que han aprovechado para rifar un mes de pan gratis entre sus clientes. Tras recibir el segundo premio PIE de 2019 (Programa de Ideas Emprendedoras en el Mundo Rural de la Diputación Provincial de Cáceres), dotado con 7.000 euros, se puso manos a la obra, abriendo el 27 de enero de 2020. «Y en 42 días declaran el estado de alarma», rememora.
Arinero proviene del mundo de la comunicación, al que se ha dedicado durante 22 años, tanto empleado como creando su propia empresa, en Valladolid y en Huesca. En 2016 decide emigrar a Cáceres, concretamente a Peraleda de la Mata, de donde es oriunda su esposa. «Barajé montar algún que otro negocio y finalmente me decidí por este, porque hacer pan lo tenía como 'hobby'», explica.
Además, valoró otros aspectos, como que desde el año 1975 no hubiera panadería en Peraleda o que en los años 90 cerrara el último despacho de pan.
Sobrevivir en este primer año no ha sido fácil, pero con tesón han logrado sacar un centenar de piezas diarias. «Perdimos todo el público de fuera porque no se podía viajar y los fines de semana, puentes, Semana Santa, etcétera, son uno de nuestros puntos fuertes».
No obstante, decidió seguir adelante, confiando en su proyecto, que va más allá de la producción de pan.
«Consiste en un obrador artesano en el que, además de la elaboración de panes y otros productos derivados, se promueve la alimentación saludable a través de talleres gastronómicos. Son panes y productos artesanos de harinas ecológicas, que se venden en la panadería obrador, diseñada conforme a la filosofía del proyecto con maderas recicladas y con una disposición en módulos móviles para permitir las diferentes actividades: venta, formación y convivencia», explican desde la administración provincial.
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Ecología y calidad
Arinero, convencido de la importancia de llevar a cabo una alimentación saludable, en este caso a través de materias primas ecológicas y de calidad, explica que toda su producción se lleva a cabo «con nuestra propia masa madre, elaborada por nosotros», con agentes fermentadores que actúan en la masa durante un periodo de 16 a 20 horas –prosigue– frente a otras fermentaciones, como la de los panes industriales, cuyo tiempo oscila entre las 2 horas y los 45 minutos.
«Este pan fermenta aquí, no te va a fermentar luego en el estómago, por eso es mucho más sano. Además, es bajo en sal, gluten y grasas, evitando problemas gastrointestinales e intolerancias», asevera.
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Este emprendedor también trabaja en crear sinergias con otros agentes de la población, en pro del tejido empresarial local. De ahí las colaboraciones que hace con otras empresas locales, como la carnicería de Baudillo Pedraza, con cuya morcilla patatera elabora mollitos rellenos de la misma; con la quesería Capricho Extremeño, elaborando pizzas con sus quesos –también con patatera– en viernes alternos, y con el estudio Fina Artes y Oficios, que ha hecho el diseño y montaje del despacho de pan, a base de palés reciclados de la cooperativa de pueblo.
De hecho, esta filosofía se respira al entrar, con espacio para poder conversar o tomar un café mientras se compra el pan, con diversidad de productos locales y de la tierra para adquirir (aceite de oliva, quesos, garbanzos...), además de pan, dulces, magdalenas y perrunillas.
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Precisamente para la elaboración de las perrunillas, uno de los productos típicos peraleos, también colaboró con gente del pueblo. En este caso con las «maestras perrunilleras», actualizando la receta para añadirle menos azúcar, a cambio de miel de encina y esencia de naranja. «Es uno de los productos estrella», afirma.
Los productos que fabrica junto con su empleada, María del Carmen Sánchez, están hechos con trigo de larga fermentación. Cuentan con formato bollo y barra, semiintegral con semillas ecológicas de girasol, sésamo negro, linaza y amapola; integral de trigo y centeno, espelta, candeal...
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Formación y difusión
Otra de las vertientes de esta iniciativa es la difusión de su labor a través de las redes sociales (en Facebook LaPanaderiadePeraledadelaMata), si bien cualquiera que acceda al despacho de pan puede ver a Arinero con las manos en la masa, literalmente, al otro lado de los palés, así como la formación.
«Con el Ayuntamiento de Navalmoral hemos hecho ya dos cursos de introducción al mundo del pan saludable y talleres para adultos en el edificio La Gota, y todos se han llenado», celebra.
Para concluir ahonda en la importancia de la materia prima, porque no todas las harinas son iguales.
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«Estas son ecológicas y no llevan aditivos, que son los que evitan que te sacies comiendo y quieras más. Con los panes ecológicos no, te comes una rodaja y te sacias, te sientes pleno».
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