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Toma de posesión de Jesús Gómez Medinabeitia como concejal MAM
Ordenar lo ordinario

Opinión

Ordenar lo ordinario

Hoy es necesario plantear en común -de manera serena, sensata y seria- cómo, dónde y cuánto vamos a crecer y, lo más importante, de qué modo queremos hacerlo...

Jesús Florencio Gómez Medinabeitia, arquitecto y concejal del PSOE

Domingo, 19 de noviembre 2023, 22:26

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Para conocer el urbanismo de una ciudad, basta con visitar su cementerio: del orden con que se disponga lo 'eterno', se desprende fácilmente como se planifica lo 'ordinario', nos repetían en las clases de planeamiento urbanístico de la Politécnica de Madrid como una letanía.

En estos días de noviembre, raro será el moralo o morala que no haya visitado nuestro cementerio municipal viejo, ese caos de tumbas dispuestas sin orden ni concierto alguno. Idéntico al campo santo moralo, el trazado urbano de nuestra ciudad.

Y el motivo de tal desorden en ambos trazados: la falta de previsión, la falta de planificación, la improvisación. Nuestros mayores quizá no tuvieron las capacidades ni disponían de los medios necesarios para poder planificar a medio y largo plazo el trazado urbano de la ciudad. Por el contrario, nosotros estamos aún a tiempo de hacerlo.

Navalmoral está, en este preciso momento, experimentando la mayor transformación urbana de su historia. A las obras en ejecución de la Línea de Alta Velocidad Madrid-Lisboa se une el desarrollo proyectado en fases de las 840 viviendas del PIR de 'Los Viñazos', la construcción -ya casi finalizada- de la plataforma logística y su conexión a la Red Ferroviaria de Interés General, así como la llegada de los primeros grandes proyectos industriales de carácter regional y nacional a ExpacioNavalmoral (Cartonajes Extremadura, Envision, etc.) que se prevé generarán más de tres mil empleos directos y doce mil indirectos.

Hemos contemplado hace unos días el desmontaje de la plataforma peatonal de San Isidro y la demolición del puente de la antigua N-V sobre las vías del tren como preámbulo del avance de las obras de la Línea de Alta Velocidad en el casco urbano moralo.

En unos meses llegarán -según las fases previstas en el proyecto del ADIF, y por este orden- la modificación de la rotonda de Moya y la incorporación de los nuevos carriles; la ejecución de los pasos soterrados de vehículos -parte norte-en el entorno de la rotonda de Moya y de la nueva rotonda de Los Granados, que también se construirá en esta fase; el desvío provisional de la N-V en la zona del instituto Albalat y residencia San Miguel y la construcción del nuevo trazado de la N-V (del que ya vemos el movimiento de tierras ejecutado al norte del trazado actual); la construcción de la plataforma para albergar la segunda vía férrea y la ejecución de los pasos soterrados de vehículos -parte sur- en el entorno de la estación intermodal de tren/bus y de los cuarteles del benemérito instituto.

Todas estas obras, con los consiguientes desvíos provisionales, modificaciones en los viales, ocupaciones temporales y corte de tráfico en algunas vías, como paseo Santiago González Martín y calles Tirso de Molina, Río Guadiana, Cartagena, etc.)… Lo que ya estamos viendo en la zona de la avenida de San Isidro y adyacentes.

Esta nueva realidad la afrontamos en base a una normativa municipal corta, muy mejorable y desfasada, el Plan General Municipal de 2005, que no se adapta a la Ley de Ordenación Territorial y Urbanística Sostenible de Extremadura, la LOTUS, y que no contempla realidades urbanas ya consolidadas como el PIR de Los Viñazos, el Parque Industrial «Norte de Extremadura» (ExpacioNavalmoral) -que duplica la superficie de suelo urbano del casco urbano- y otros proyectos que hoy son ya una realidad, como la Línea de Alta Velocidad actualmente en ejecución.

La ciudad del 'casi'

La experiencia nos dice que Navalmoral es una ciudad que, por costumbre, decide a última hora y casi siempre con prisas: rehabilitamos un edificio que 'casi' es un gran teatro; construimos un edificio multiusos que 'casi' cumple las dimensiones de un coso de tercera; levantamos un bonito edificio referente en la arquitectura que 'casi' es un museo. Navalmoral, podríamos afirmar sin mucho error, es la ciudad del 'casi'.

Y todo como consecuencia de algo que es muy moralo: llegar tarde. Navalmoral suele llegar tarde siempre por la falta de previsión y planificación. Por no sentarnos juntos y juntas a proyectar, en común, las líneas básicas y estrategias generales de los desarrollos que se producen a medio y largo plazo. Cada cual es libre de reclamar aquello que considere mejor y más justo, pero no es menos cierto que debemos ser corresponsables en el momento actual.

Hoy es necesario plantear en común -de manera serena, sensata y seria- cómo, dónde y cuánto vamos a crecer y, lo más importante, de qué modo queremos hacerlo. El reto pasa por integrar lo existente, lo que ya es presente (LAV, ExpacioNavalmoral, PIR Los Viñazos…) y lo que está por llegar: dotar de vivienda y servicios urbanos a unas doce mil familias. Casi duplicar la población actual.

Inevitablemente todo esto pasa por la redacción de un nuevo Plan General Municipal que planifique, integre y articule toda esta compleja realidad y, en paralelo, por la planificación de la ampliación, renovación, actualización e implementación de las infraestructuras y servicios urbanos necesarios (abastecimiento, saneamiento, transporte…) para que este desarrollo sin precedentes, por una vez, no nos pille con el pie cambiado.

Un reto por delante y una oportunidad para, entre todos y todas, acordar, planificar y proyectar la ciudad que queremos ser. Un trabajo apasionante de planificación y gestión. Mucho por ordenar. Mucho trabajo por hacer.

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