

jOSÉ lUIS SOLANO
Jueves, 7 de julio 2022, 23:07
Se cerró junio cuan primavera florida llena de Ofertas de Empleo Público para reducir la temporalidad en las diversas administraciones del Estado, sobre todo en el ámbito municipal, segundo máximo empleador nacional. Más puede que, con la calor adelantada, las flores queden agostadas, ni bonitas ni olorosas, tal vez metaforseadas en ciertos cardos -no precisamente para elaborar ricas tortas de queso- por estos lares, dado el cariz que parece tomarán en su entrega a la mayoría ciudadana.
Un trámite obligado por la Unión Europea que puede no dar igualdad de oportunidades a toda la ciudadanía, como ocurrió en su día cuando fueron creados y ocupados esos puestos de trabajo. Miles han sido convocados en los distintos boletines provinciales. Extremadura no podía ser menos y sus localidades, por obligado cumplimiento, no se han quedado atrás.
A los forzados a salir se añaden los que, por nueva creación, reposición … se han tenido que ofrecer por necesidad o para dotar servicios antes no ofrecidos, siendo los primeros los más numerosos, beneficiados por el principio del no esforzarse. En su momento fueron cubiertos de forma indefinida -que no fija- sin acudir a principios establecidos en la Constitución Española, la ley de Función Pública y en la de Bases del Régimen Local de publicidad, igualdad, mérito y eficacia, sino por necesidad, familiaridad, afiliación, afecto, relación… sin que toda la población pudiera concurrir a ellas ante la designación implacable del dedo contratador, cuan designio caciquil previo a los fundamentos jurídicos aludidos de un Estado de Derecho o con la prepotencia de algún mandatario temporal ascendido en su miseria de poder, «pobre harto de pan» que se dice por aquí. Nuevos señoritos que se añaden a los de toda la vida.
Ahora, tras dicha oferta, viene la parte de establecer unas bases que den paso a la contratación fija o funcionarial de ellos, convocándolos públicamente sobre preceptos legales: ¿Se dará el principio de igualdad para que todos los ciudadanos puedan anexionárselos?, ¿se crearán con trampantojos que parezcan una cosa cuando en realidad sea otra y no puedan tener el principio antes aludido ni los mismos derechos de los que los ocupan ya?, ¿quedará, una vez más, el vecindario sumido en la impotencia, frustración y desesperación de no poder hacer nada y ver cómo le quitan el pan de cada día, el dinero para financiar lo que otros indebidamente se llevarán?, ¿seguirán las oscuras golondrinas, las manos negras, quitándole la comida sin parar, aprovechándose, bajo chantaje, de sus quehaceres, privadamente, y beneficios comisionados si dentro están, de obligarles a un grado de «amistad» por aquello de la belleza para el deterioro o la fealdad?, ¿volverán las partes gobernantes a decir a las contrarias: «…antes lo hicisteis vosotros, ahora nosotros.
Porque lo digo yo
«¡A callar!» o «Porque lo digo yo», replicando a los que dijeron «Si quieres contrato municipal en el partido has de entrar», todos en su fin democrático y social, puede que avalados en su meta por algunos jefes administrativos o sindicalista de «A callar», beneficiados, también, del reparto de pastel?, ¿lo mismo los mandatarios para encubrir la felonía o símil de ella contra «sus» empleados, dirán demagógicamente que por aplicar cierto Derecho se despedirán trabajadores?, mentira avalada por varias sentencias desde 1999, justificando causa lícita para extinguir el contrato, creado y firmando sobre principios de temporalidad, aceptada por los posibles afectados que no reclamaban se les igualara en todos los aspectos con los fijos, incluso nunca optaron a trabajo de toda legalidad, hasta permitiéndose chulear en su estado profesional frente al opositor sin más, formando parte de tribunales quien nunca se sometió a ellos y comentando el estado de preparación de los pretendientes haciéndose entendidos y graciosos, tal que bufones, para complacer al mandatario, también, transitorio.
Situaciones que a veces han tendido a corregirse, como cuando se convocaron públicamente en cierta localidad varios puestos de trabajo irregulares en igualdad, para acallar los clamores ciudadanos y puede que demostrar valías de los ocupantes, resultando que sólo lo superaron un 25% de ellos, para bienestar de los pretendientes y, parece ser, de los servicios municipales al decir de sus jefes. También resultó curioso la forma de favorecer a una población, cuan disminuidos, menospreciados en sus cualidades y capacidades, dándole puntos -inconstitucionales y antieuropeos- por estar empadronados, teniendo ventaja sobre foráneos en contratos temporales, mientras cubrían puestos fijos con familiares o camaradas de otro lugar. Curiosidades que la sociedad, electoralmente, agradeció más de una vez.
¿Seguirán, entre tanto, los muchos aspirantes del empleo público preparándose para, puede que nunca, los dejen llegar a conquistar?.
El pueblo, callado, sumiso, tal vez vuelva la mano del nuevo señorito o señorita – caciquismo sempiterno-, con sus labios y lagrimas, besar, la honra o dignidad entregar, que Fuenteovejuna queda fuera del límite territorial, siguiendo esta Extremadura, amarga, sin levantar ni andar, como canta el vado Guerrero. Puede que sea invitado el próximo año la papeleta a depositar sin más, con promesa de esperanza por un futuro laboral de bienestar que lo mismo llegará.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Terelu repetirá en el Zorrilla tras aplaudir el público en pie su debut en el teatro
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.