Las obras se acumulan en torno a Pablo Luengo y la avenida de la Constitución

La situación que se vive desde hace semanas en la calle Pablo Luengo y otras vías de su entorno, como la avenida de la Constitución, es un fiel reflejo de la situación que se repite en otras zonas de Navalmoral: obras, obras y más obras, con lo que eso conlleva. Sobre todo en la zona norte del casco urbano, en buena medida por la construcción de la plataforma del tren de altas prestaciones en superficie.

Al tren se han unido en ese tramo de Pablo Luengo los trabajos del hotel promovido por el fundador de La Casa de las Carcasas, la renovación de redes y pavimentaciones y más recientemente las mejoras que se realizan en la casa sindical.

De ahí las continuas peticiones de paciencia y comprensión que se lanzan desde el equipo de Gobierno, insistiendo que van a ser unos meses difíciles para tener después mejores accesos para vehículos y peatones.

El último que así lo decía ha sido el concejal de Urbanismo, Obras e Infraestructuras Públicas, Francisco Javier Porras, al detallar actuaciones municipales «que no pueden esperar y que tenemos que acometer ya».

En concreto hacía referencia a la renovación de uno de los márgenes de la avenida de las Angustias y al fresado y nuevo aglomerado de la calle Pozo Rancón y de varios tramos de Pablo Luengo y Castúo.

De las tres últimas explicaba que se trata de actuaciones rápidas, y que la ciudadanía había respetado la señalización de la Policía Local. En cambio llevará más tiempo la avenida de las Angustias, al tratarse de una reposición completa de aceras y eliminación y sustitución de pasos peatonales elevados, así como el reafirmado de la calle Garganta Vadillo, «pero interrumpirá menos el tráfico».

Momento para comenzar

«Sentimos los inconvenientes, pero con los cierres de los pasos a nivel más adelante se pondrá peor la circulación y ahora era el momento para comenzar y terminar rápido estas zonas tan deterioradas del pueblo», afirmaba Porras.

Para mejorar el estado de las calles, «que tanto nos quejamos por su estado, yo el primero», añadía, no queda más remedio que hacer las molestas obras. «Y hay calles tan deterioradas que deben rehabilitarse completas y eso no se puede hacer sin molestar. Sabemos que las obras son como son, mucho ruido, suciedad, problemas de tráfico, etc., pero no queda otra, hay que hacerlo, y espero que el resultado sea satisfactorio para todos»

Para terminar, el edil apuntaba que «pasaremos aún un añito, quizá más, muy malo en este aspecto, sobre todo hasta que termine ADIF la obra del tren. Pero mientras tenemos que seguir reparando y rehaciendo calles».

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