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La cruz de san Andrés y la traición de Maximila

La cruz de san Andrés y la traición de Maximila

"Jesús le pidió que cambiase los peces por los hombres, y no dudo en recoger sus redes y seguirle"

Noemí García Jiménez

Martes, 22 de noviembre 2016, 16:26

Metidos ya en las fiestas de san Andrés, quisiera dedicarle unas líneas a nuestro patrón.

Puedo presumir, yo y muchos otros, de habernos confirmado durante el acto litúrgico, celebrado para festejar la acertada remodelación de la iglesia dedicada al santo. Con el templo lleno y bajo su atenta mirada, confirmé mi fe. Admito que no recuerdo muchos más detalles de aquel acto multitudinario, pero fue bonito.

No hace mucho, me di cuenta de que, cuando estando en Toledo, entro en la sacristía de la Catedral Primada o en la Casa Museo de El Greco, instintivamente paso rápido la vista por los bellos lienzos de los apóstoles que nos dejó el pintor cretense, hasta detenerme en uno.

De pelo y barba blanca, vistiendo un manto de color verde intenso, porta entre sus brazos una cruz en aspa. Es el apóstol san Andrés. Siempre le contemplo un rato antes de pasear, con más calma, mis ojos por los demás retratados. Ambas series de cuadros son idénticas, aunque por motivo de las labores de restauración y limpieza, los colores de una son más vivos que los de la otra.

El lienzo del apóstol no es el cuadro más llamativo de la sala, en ninguno de los dos casos. Así, en la sacristía de Catedral llama más la atención El Expolio, también de El Greco, por los brillos de la túnica rojo de Jesús y de la armadura del caballero situado a su lado; como curiosidad, se cuenta que el pintor se adelantó a su época y esa armadura es de un siglo posterior. En cambio, en la Casa Museo, quizá por efecto de la iluminación, resulta más llamativo el rostro de san Pedro llorando o el retrato de Cristo.

Imagino que mi subconsciente hace que mi vista de detenga en él, en san Andrés, por resultarme el apóstol más familiar.

Como se ve en ese lienzo, la cruz, donde sufrió martirio en noviembre del año 63, bajo el imperio de Nerón, tenía forma de X. Todavía recuerdo la explicación que me dieron en mis años de colegio: el apóstol al ver la cruz donde iba a ser condenado, pidió que no fuera igual que la de Jesús, aunque Caravaggio sí le retrató con una cruz en forma de t.

Sin embargo, algunos dan otra interpretación a la forma de su cruz: la letra X, en griego, es la inicial de la palabra Cristo y representa al Señor. Según el Nuevo Testamento, Él pidió a los que querían seguirle que renunciaran a sí mismos y cargaran con su cruz. Por tanto, el que se sujeta a su cruz, se sujeta a Cristo.

En la pintura de El Greco, san Andrés sujeta la cruz con su mano derecha, mientras que, con la otra mano, alzada, parece bendecir a los que a él se acercan.

Cambió los peces por los hombres

Sin embargo, la talla de nuestro patrón es distinta, no porta esa cruz con la que le han retratado los pinceles de El Greco y otros maestros de la pintura, como Murillo o Rubens. En ellas podemos ver al apóstol durante su etapa de pescador de hombres, predicando la Buena Nueva.

En realidad, ese era su oficio. San Andrés antes de seguir a Jesús era pescador. Éste le pidió que cambiase los peces por los hombres, y no dudo en coger sus redes y seguirle. De hecho, tuvo un papel importante en la multiplicación de los panes y los peces. Por este motivo, además del patrón de Navalmoral y de otros sitios como Eibar, Baeza o Castillo de Bayuela, se le considera el patrón de los pescadores, los pescaderos y los fabricantes de cuerdas. Felicidades a todos ellos.

El 30 de noviembre celebramos su martirio. El apóstol fue condenado por el procónsul Egeas, en la provincia de Acaya, donde estaba predicando, después de que su mujer Maximila le escuchara y se convirtiera. Sintiéndose traicionado por su esposa, el procónsul le acusó de no hacer sacrificios a los ídolos.

Se ha descrito a san Andrés como un hombre de coraje, valor y hombría, y de hecho, su nombre significa valiente. A sabiendas de que Egeas le condenaría, se negó una y otra vez a hacer sacrificios, por lo que fue azotado, desvestido y crucificado en público.

Tardó dos días en morir. Durante ese tiempo, siguió predicando a las personas que se acercaban, muchos de los cuales protestaron ante Egeas por el trato dado al apóstol. Ante tanta queja, el procónsul, al final, le indultó, pero san Andrés renunció. Se sometió a su destino.

Milagrosamente, cuando los guardias trataron de desatarle, sus miembros quedaron paralizados, como los de todos aquellos que lo intentaron a continuación.

En sus últimos momentos, el santo dijo una oración y su cruz se iluminó durante un tiempo. Luego, murió. Fue Maximila, la esposa de Egeas, la que se hizo cargo de su cuerpo y le dio sepulta, lo que no debió agradar a su marido.

Concluido el relato de su muerte, felicito a todos los moralos que llevan su nombre, y a los Mayordomos y Mayordomas de cada año. Les animo a que sean valientes ante las adversidades, como lo fue nuestro patrón.

Felices fiestas 2016.

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