redacción
Miércoles, 1 de junio 2016, 16:05
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La Casa Tribunal de la Santa Inquisición de Garganta la Olla ha sido escenario de un nuevo desafío de los que viene protagonizando en los últimos meses el mago local Alfred Cobami, al que le da igual conducir a ciegas durante cinco kilómetros por el puerto de Miravete o sumergirse en aguas congeladas con la televisión en directo.
En esta ocasión el denominado rey del escapismo se sometió a una tortura medieval, La Artesa, "en un número de resistencia física y mental sobrehumana", como se anunciaba antes de su realización.
Para ello fue introducido en esa Artesa, inmovilizado sobre una tabla de pinchos, soportando la oscuridad, la soledad y el dolor sin agua ni alimento durante 24 horas. Pasado ese tiempo, tenía que librarse de los amarres.
"¿Le quedarían fuerzas y reflejos para escapar?", se preguntaban en la convocatoria.
La respuesta es que sí, contando con la colaboración de Gustavo Biosca, el Cómico Suicida, que ejerció de notario en el desafío y acompañó a Cobami durante toda la prueba, de la que, una vez más, salió airoso.
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