Navalmoral se queda sin delegación de la Federación Empresarial Cacereña

Navalmoral se va a quedar sin delegación de la Federación Empresarial Cacereña como consecuencia de los problemas de financiación de la misma, que han llevado a ajustar sus costes con el despido de la mayoría de los trabajadores, según la información que publica HOY en Cáceres.

Hasta el punto de que se puede hablar de casi un desmantelamiento por el alcance del ajuste, que afecta a 8 de las 11 personas que componían la plantilla entre técnicos y administrativos. Una de ellas es la que prestaba sus servicios en Navalmoral, en el edificio que la Federación comparte con Acapyme en las traseras de la casa sindical.

La Federación Empresarial Cacereña sufre así la mayor reducción de plantilla de toda su historia. La organización empresarial, creada en 1977, llegó a tener una docena de trabajadores en plantilla, compuesta por administrativos y técnicos responsables de los distintos servicios que presta como entidad que agrupa a empresarios de toda la provincia. La organización integra, a su vez, a asociaciones empresariales de varios ramos, como comercio, hostelería o transporte. Además también cuenta -o contaba- con delegaciones en varias localidades, como Navalmoral, Moraleja, Miajadas, Jaraíz de la Vera y Navaconcejo.

Falta de pago

Aunque la Federación Empresarial Cacereña no ha querido pronunciarse al respecto, fuentes de la organización señalan como una de las causas principales de los apuros económicos la interrupción de los ingresos de los cursos de formación realizados entre los años 2011 y 2013, que debían haber sido abonados por la Junta de Extremadura. Patronal y sindicatos ya reclamaron a la administración regional 2,8 millones de euros por los cursos de formación de esas tres anualidades.

Como se recordará, el Gobierno del ex presidente José Antonio Monago decidió en marzo del pasado año denunciar a la Fiscalía un posible fraude en la gestión de los fondos para la formación.

Sin embargo, la FEC llevó a cabo los cursos con la asunción previa de sus costes sin que al final haya recibido la financiación pública comprometida, lo que ha ocasionado una asfixia económica que ha sido causa, a su vez, del desmantelamiento de la plantilla, unido a su propia gestión.