“Somos el único municipio de España, y quizá de Europa, que gestiona directamente el cultivo del tabaco”
Majadas de Tiétar reparte por sorteo público entre sus vecinos el trabajo que generan los 130.000 kilos que produce en su dehesa boyal
Miguel Ángel Marcos
Sábado, 27 de febrero 2016, 12:58
Majadas de Tiétar se ha caracterizado siempre por ser un pueblo muy peculiar, debido, quizás, al aislamiento sufrido en buena parte de su historia. Ubicado en una esquina de la comarca del Campo Arañuelo, y sin otras poblaciones próximas, ha 'sufrido' unas comunicaciones bastante deficientes hasta la construcción de la autovía EX A-1 entre Navalmoral de la Mata y la frontera portuguesa. Esas circunstancias han forjado la forma de ser de sus vecinos, muy reivindicativos, luchadores y unidos entre sí.
Lo han demostrado cada vez que han tenido que movilizarse para defender algo que consideraban suyo, como ocurrió con el pinar de la Ollilla cuando se intentó talar, y posteriormente fue pasto de las llamas, consiguiendo que se declarara Corredor Ecológico y de Biodiversidad de los pinares del río Tiétar. O estando presentes en todas las manifestaciones y protestas realizadas dentro y fuera de España en las últimas décadas pidiendo la permanencia del cultivo del tabaco en la comarca.
Una demostración más de la unión y la solidaridad tan características de Majadas es el sistema que tiene el Ayuntamiento para repartir la riqueza que genera su dehesa boyal, en la que se destinan 50 hectáreas a producir tabaco. Sus tierras ni se alquilan ni se arriendan. Las gestiona directamente el municipio, proporcionando un empleo temporal a los vecinos y vecinas que estén en paro y deseen trabajar en las campañas agrícolas. Por sorteo, en un acto público ante los interesados, para que todo sea claro y transparente.
Lo explica el alcalde, el regionalista Aniceto González, que lleva desde 1999 al frente del consistorio con sucesivas mayorías absolutas. Lo hace acompañado por sus dos tenientes de alcalde, Raúl Medina y Luciano Bernabé, y por Agustín Rodríguez, el técnico municipal responsable de desarrollo local, que engloba la gestión de las campañas del tabaco y el pimiento.
Cuando el actual equipo de gobierno llegó a la alcaldía el Ayuntamiento producía unos 55.000 kilos de tabaco, menos de la mitad que ahora que alcanza los 130.000, y también los gestionaba de forma directa pero contratando a la misma cuadrilla durante toda la campaña agrícola. Con la crisis decidieron cambiar radicalmente el planteamiento respecto a las contrataciones.
Se trata de una medida anti crisis que se empezó a poner en práctica en el año 2010 al entender que era mejor, y mucho más justo, distribuir las jornadas que se generaban. Se analizaron las jornadas reales que repartía el Ayuntamiento en forma de contratos y se hicieron una serie de estimaciones para que, sin afectar a la calidad y a la producción, se pudiese repartir el mayor número de contratos y trabajar el mayor número de personas posible, recuerdan.
Desde entonces cada año, al principio de la campaña, convocan a toda la población a una reunión para que se apunten aquellos que quieran trabajar, con el fin de que todos tengan los mismos derechos para acceder a un empleo. Con los solicitantes inscritos se constituye una bolsa de trabajo agrícola que se prolonga hasta el final de la campaña -puesto que no hay una específica para tabaco y otra para pimiento- y se les va llamando, en función del número que les toque en el sorteo, según las necesidades de mano de obra en las distintas fases de ambos cultivos.
Eso sí, hay ciertas normas, como que de la misma familia no pueden trabajar dos personas en el mismo periodo. O que los familiares de la decena de trabajadores eventuales contratados durante toda la campaña pasen al final del llamamiento, siendo los últimos del turno en entrar.
Somos el único municipio de España -y probablemente de toda Europa- que gestiona directamente el cultivo del tabaco: siembra, trasplanta, cultiva, recolecta, seca y lo traslada, una vez secado y manufacturado, al centro de Cetarsa, que es la compañía a la que siempre se lo hemos vendido. Si el tabaco es un cultivo social, aquí se cumple más que en ningún otro sitio, presume el alcalde.
En la campaña del 2015, por ejemplo, se inscribieron en la bolsa 330 personas, de las que entraron alrededor del 80%. Es decir, unos 270 vecinos que, al menos, trabajaron 22 días, generándose 7.435 jornales anuales repartidos entre los 342 contratos formalizados. El 20% restante no se incorporó al haber encontrado otra ocupación o porque en ese momento no le interesaba por sus circunstancias personales.
Porque el sorteo que se hace no es para excluir a nadie, sino para establecer un orden, aclara Raúl Medina.
Menos paro que la media
La gestión que se viene haciendo de la dehesa boyal, de unas 110 hectáreas arables repartidas entre tabaco y pimiento, es uno de los motivos que hacen de Majadas uno de los municipios de la región con menor tasa de desempleo. Entre el 8% y el 10% en plena campaña. Menos de la mitad de la media regional y nacional.
Esa bonanza laboral hace que sea una población muy joven y en continuo crecimiento, como destaca Luciano Bernabé con datos en la mano. Así el 2015 se cerró con el mayor número de habitantes que ha tenido Majadas en su historia, 1366, de los que el 75% tiene menos de 55 años.
Desde que llegamos al Ayuntamiento estamos obsesionados en generar empleo, en conseguir que nadie tenga problemas para acceder al subsidio y en idear cosas para dar trabajo, como duplicar la producción de tabaco o construir con nuestra propia mano de obra casi todas las infraestructuras que se hecho en el pueblo en los últimos años, señalan. Porque somos un municipio pequeño pero que presta a sus vecinos todos los servicios de una ciudad grande, como auditorio, guardería municipal, gimnasio, polideportivo, residencia de mayores, centro de día además de contratar en verano a todos los universitarios de la localidad.
Todo ello con un presupuesto municipal que ronda los 1,9 millones de euros, en el que supuso un importante revulsivo económico y laboral la construcción de la planta termosolar que funciona desde hace varios años. En cambio no recibe ninguno de los recursos económicos que tienen poblaciones próximas, ya sea por estar en el radio de los 10 kilómetros de la central nuclear de Almaraz o en la Reserva de la Biosfera del Parque de Monfragüe.
Por su enclave geográfico siempre hemos estado abandonados de la mano de Dios, por decirlo de una manera coloquial, afirma Aniceto González. Por eso hemos tenido que inventar, innovar y actuar como una piña. No estamos en la zona de Almaraz, ni en la de Monfragüe, ni la Vera Las ayudas no han venido nunca, a pesar de haberlas solicitado por activa y por pasiva buscando un atractivo turístico más al tener un corredor ecológico y de biodiversidad. Lo único que nos ha ayudado en los últimos años ha sido la autovía, que ha puesto a Majadas en el mapa.
Frente a esas ayudas que no llegan han estado y están los majaeros y las majaeras, que históricamente han sido muy trabajadores, muy reivindicativos y muy solidarios, insisten, para terminar, las primeras autoridades de Majadas.
Es gente aferrada a la tierra, muy luchadora, porque nunca les han regalado nada. Y donde las mujeres han trabajado igual o más que los hombres en el campo en generaciones pasadas. Ahora trabajan por igual, cada vez que lo necesitan, para el Ayuntamiento, que revierte su producción de tabaco en generar empleo, haciendo un reparto justo y equitativo muy necesario en tiempos de crisis.
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