Miguel Ángel Marcos
Jueves, 17 de diciembre 2015, 12:12
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Qué bonito está quedando pero qué poco a durar. La frase, pesimista y ciertamente agorera, la repetían muchos vecinos y vecinas al pasar por la zona de la calle Pablo Luengo en la que varios jardineros municipales plantan flores en el lugar que ocupaba hasta hace unos meses un seto, muy deteriorado, para separar la acera de la calzada.
En esa franja los operarios del Ayuntamiento han renovado el hormigón e instalado riego y cableado eléctrico, puesto que también va a llevar farolas. Faltaba las flores. Alrededor de 600 gazanias y unos 20 durillos, para ayudar a dar una mejor imagen de esa entrada a Navalmoral, situada entre el paso a nivel de Moya y la casa sindical. Las plantas, de gran colorido, se colocan con cepellón.
La duda de jardineros y viandantes es cuanto van a durar en esas condiciones, a la vista de los antecedentes de las zonas ajardinadas en otras partes del casco urbano, donde se han robado árboles y flores o estropeado a conciencia por el simple placer de destrozar. En este caso incluso ya han robado alguna antes de ponerlas.
De ahí el llamamiento que hacían para que se respeten, recordando que son seres vivos que alegran la vista a todos.
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