Villanovense-Barca y el “señor” Sostres
La opinión de nuestros lectores
Luis vicente hidalgo
Sábado, 7 de noviembre 2015, 10:02
Estas fases previas de la Copa del Rey a veces ponen en evidencia a clubes prestigiosos, ensalzan a equipos modestos y, esta vez, con el partido Villanovense-Barca, muestran que en la distinguida profesión de periodismo también aparecen personajes que tiran por tierra cualquier norma de respeto y estilo, o lo que es lo mismo, de oficio.
Me estoy refiriendo al artículo (¿?) con el que el señor Salvador Sostres pretendía hacer una crónica deportiva (¿?) del partido de fútbol citado, sostenido, y por lo tanto amparado, en un medio de comunicación del prestigio de ABC. Yo estuve escuchando el partido por la radio, disfrutando del evento porque los periodistas radiofónicos, y los colaboradores que participan en sus ondas, retransmitieron el partido mostrando con su voz no solo los avatares del acontecimiento deportivo, sino aspectos de los protagonistas de este encuentro, del lugar donde se dio la cita, de sus gentes, de la siempre agradecida tierra extremeña.
Los jugadores, y todo su entorno, han sido tratados en todos los medios de información con un respeto y consideración acorde con la propia idiosincrasia del pueblo extremeño. Hablaban, en la radio, de David contra Goliat, luego de David contra David, por el cúmulo de jugadores de segunda fila (¿?) que alineó el Barca, pero marcaban la diferencia que había entre jugadores que están para ser profesionales y otros que compaginan el deporte del balón con situaciones laborales de todo tipo. Y fue un buen acontecimiento deportivo, y acabó con un empate que obligará al grandioso Barca a correr y esforzarse un poco más en su campo para seguir adelante en una competición que, entre otras cosas, fomenta, siempre para beneficio del club modesto, el famoso apodo de matagigantes que viste de gloria a jugadores y llena de orgullo a un pueblo.
Mi hijo y su novia, desde Uruguay, extremeños, de Navalmoral de la Mata y La Zarza, jóvenes expatriados (que no apátridas) que mantienen el cordón umbilical con su país y su tierra a través de los medios de comunicación en Internet, me envían un enlace con la crónica (¿?) del partido del tal Sostres. El compromiso de información de un periódico se sustenta en el respeto a sus lectores, he leído en alguna parte. Su artículo (¿?) satura de indignación, me parece lo más soez que he leído en mi vida, y por supuesto no es de recibo encontrarlo en un medio como ABC. Ni en ningún otro.
Me he molestado en comprobar quién es el tal Sostres, y ya me he quedado tranquilo. Fulminado de El Mundo, no es periodista, es polemista, y se atrevió a escribir algunos libros hace unos años, el primero de ellos (Libro de los imbéciles, 1999) sospecho que autobiográfico, aunque no pienso comprobarlo. Ignoro en qué espejos se mirarán él y su señora, la piel, la faz, y la mirada de los extremeños, que parecen haber inquietado a ambos, nada tienen que ver con presentir la muerte, solo desprenden trabajo, honradez y dignidad.
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