Navalmoral es la nueva Cenicienta, olvidada por todos, porque ningún interés parece suscitar para nadie

Navalmoral no va a mejorar manteniendo en los cajones las mociones presentadas por este partido; son oportunidades que se pierden para la ciudad y sus vecinos. La ciudad, para despertar de su aletargamiento, precisa, por el contrario, de la mayor atención y del concurso del trabajo e ideas de todos.

Ningún beneficio obtendremos faltando a nuestra palabra, incumpliendo incluso los acuerdos que todos hemos votado favorablemente, haciéndonos trampas al solitario, faltándonos a nosotros mismos y a todos a los que representamos. Parafraseando a los trovadores del Nuevo Mester de Juglaría, en Los Comuneros, 'que el pleno faltó a su palabra, y a más no pudo faltar'…

No, decididamente no iremos a ningún sitio así, pero creo que es quizá lo que por muchos se pretende: el inmovilismo: si no vamos a ningún sitio, se quedarán los sillones ocupados por quienes ahora los ocupan, aunque la ciudad languidezca y cada vez se agrise más.

Navalmoral es la nueva Cenicienta, olvidada por todos, porque ningún interés parece suscitar para nadie: para los de Cáceres y Mérida porque están lejos y para los de Madrid, porque lo están aún más. Para los de la provincia y la región porque tienen otros entretenimientos y los de Madrid, porque hacen 'política de altura'; mientras siguen adormeciendo la ciudad para que nunca despierte.

El soterramiento no es sino la muestra del escaso interés que la ciudad, la provincia y la región tiene para tanto ilustre político profesionalizado y un ejemplo vivo del poco poder que el PSOE extremeño tiene frente a los que en verdad mandan en Madrid y nos han convertido en una simple colonia, vasalla y humilde, muy humilde.

Pero antes lo fue el cierre que de la central nuclear de Almaraz nos impuso el presidente Pedro Sánchez, insensible a la exorbitante subida del precio de la luz, y que pese a estas estratosféricas subidas, hubiera cumplido a rajatabla si no llega a tener que ver lo que ocurre en la práctica en el sector energético cuando se entra a nivel internacional en conflicto bélico o diplomático.

Y, recientemente, hemos perdido la posibilidad de optar a una empresa de baterías para vehículos eléctricos porque carecemos de una conexión ferroviaria adecuada; ya que el tren de altas prestaciones no nos comunicará con Madrid hasta el 2030, o vaya usted a saber…

Mientras, en Navalmoral, el poder municipal no dice ni mú, no sea que no salga en la foto. Sí, definitivamente Navalmoral precisa otro empuje, otra gestión, otros valores, porque deberá enfrentarse sin complejos ni tapujos a cualquiera que quiera seguir desmereciendo la ciudad o hacerla que siga dormida y cada vez más oscura y sucia.

Vara en Cáceres

Decía recientemente el presidente Guillermo Fernández Vara en el Gran Teatro de Cáceres, tras felicitar a mi compañera y diputada regional Elena Nevado por su precioso pregón, que, ante los huecos próximos que fue sufriendo en su entorno más próximo y personal, siempre encontró en la Virgen de la Montaña el mayor cobijo, el mayor consuelo; pues, al margen de ideologías, la Virgen es en verdad ese cemento que nos une, que nos acerca, que nos da sentido; aunque curiosamente -apostillo a seguida- su partido esté persiguiendo la cxruz en una absurda cruzada con la que abrir brechas y alejarnos..

Y, es que tengo para mí, que el presidente Vara decía verdad, tanta que mostraba a las claras la neurosis colectiva e intelectual en la que viven las actuales bases socialistas y en la que están sumiendo a Navalmoral. Y nuestra obligación es que no lo consigan y hacer que Navalmoral vuelva a brillar porque creemos en su futuro.