«Navalmoral ha dado un gran paso en favor de la memoria democrática»

En abril de 2017 Izquierda Unida Navalmoral de la Mata presentó una moción en el Ayuntamiento con el objetivo de invitar al equipo de gobierno de entonces al cumplimiento de la Ley Estatal de Memoria Histórica del 2007. Un mes después se realizó el correspondiente pleno ordinario donde IU decidió optar por la abstención ante la moción presentada por el PSOE para dar ejecución a la ley, pues, a su juicio, adolecía de importantes lagunas.

Resultaba evidente para esta formación que, atendiendo al espíritu de aquella ley, cualquier persona que haya ocupado un cargo público de poder, sea éste de la naturaleza que sea, durante el franquismo, lo hizo jurando lealtad a los principios falangistas del Movimiento y por lo tanto su mención no tiene cabida en un callejero correspondiente a un entorno democrático como el actual.

Más aún si tenemos en cuenta que estos principios fueron impuestos en nuestro país después de un Golpe de Estado militar, dando lugar a una de las guerras más sangrientas del siglo XX, que puso fin a un régimen democrático legalmente constituido como era la II República. Por ello, IU no podía compartir jamás que personas como Sánchez Arjona, Agustín Carreño o José Calvo Sotelo, continuaran siendo homenajeados en nuestro espacio público.

Pasado el tiempo, se aprobó a principios de 2019 la ley de Memoria Democrática de Extremadura, la cual, entre otros muchos asuntos, dispone a favor de la creación de un comité de expertos provincial con la función de elaborar un catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y dictadura franquista en cada municipio de la provincia, así como realizar labores de asesoramiento a las diferentes corporaciones municipales con el objetivo de ayudarles a dar cumplimiento íntegro a la Ley. Tal comité está formado en la actualidad por seis vocales y sus suplentes, y presidido por el doctor en Historia Julián Chaves Palacios, a propuesta de la Universidad de Extremadura, uno de los mayores expertos internacionales sobre los efectos de la Guerra Civil y la posterior dictadura en la provincia de Cáceres.

Tal y como recordó en el pleno nuestro concejal, Valentín Tomé, el informe elaborado por ese comité de expertos, más de cuatro años de aquella moción presentada por IU, no hacía otra cosa más que darle la razón. Efectivamente, las acciones a tomar para dar cumplimiento a la Ley coincidían prácticamente punto por punto con las esgrimidas por IU en aquella moción, certificando, entonces, que la moción socialista de 2017 que pretendía dar ejecución a la Ley dejaba en el tintero algunas cuestiones de vital importancia.

De hecho, la única discrepancia significativa observada entre ambos textos se encuentra en la figura de Paulino Uzcundun, pues para IU su participación en la guerra del lado golpista está más que demostrada al combatir, según propia confesión, en el Requeté en el frente de Irún. Sin embargo, se sobreentiende que el comité de expertos basa su decisión de que permanezca en la toponimia callejera atendiendo a su condición de campeón de Europa de boxeo.

Palabras de reconocimiento

En el pleno celebrado el jueves, nuestro concejal realizó una ilustrativa exposición sobre lo ocurrido en nuestra ciudad, fundamentalmente en los fatídicos y trágicos meses de julio y agosto de 1936. También tuvo palabras de reconocimiento a la humanitaria y primordial labor científica en pro de la salud pública del Hospital Antipalúdico de Navalmoral (el cual se convirtió en una institución de referencia internacional en la lucha contra la malaria que tantas miles de víctimas ocasionó en nuestra comarca), y que sufrió una dura represión por parte de los militares golpistas, volviendo la enfermedad a causar estragos entre la población a partir de 1936, a pesar de que ese año, gracias a la labor de brillantes científicos como el doctor Sadí de Buen o el doctor Pittaluga, había sido prácticamente erradicada.

No faltaron tampoco referencias a ejemplares demócratas como Ramón González Cid, Ignacio Mateos Guija, Victorio Casado o Salvador González Martín, víctimas todos ellos (e incluso sus familiares) de la barbarie criminal de los militares africanistas. A las trabajadoras de Fuentecapala, la que fuera la principal industria textil de nuestra región, y a muchas de las cuales todavía se les adeuda nóminas a pesar de la venta por parte de su propietario de los terrenos en los que se asentaba la fábrica. Al moralo doctor en filosofía Andrés Sánchez Pascual, premio Nacional de Traducción en 1995. O a Josefina Triguero, primera mujer jueza de España, y cuyo primer destino, en 1978, fue el juzgado de nuestra localidad.

En definitiva, invitamos a la ciudadanía interesada en conocer en detalle lo referenciado en el párrafo anterior, y así tener una aproximación más informada a algunas de las figuras que configurarán la toponimia de nuestro nuevo callejero, a visionar la sesión plenaria celebrada en el día de ayer.

De lo que sí podemos estar seguros es que Navalmoral ha dado un gran paso en favor de la memoria democrática. En un Estado democrático de Derecho no puede haber cabida para el homenaje público a personas, entidades o hechos que representan todo lo contrario a los principios humanistas de libertad, igualdad y fraternidad que configuran nuestro ordenamiento jurídico.

Se trata de mirar nuestra Historia más reciente y delimitar de manera clara qué valores de ese pasado son los que realmente queremos preservar para el futuro. ¿Qué ideales deseamos transmitir a nuestras futuras generaciones?. Esta es la pregunta fundamental a las que todas las leyes de la Memoria tratan de dar respuesta. Nosotras y nosotros somos conscientes de que porque fueron somos, y porque somos, serán.