Muere Josefina Triguero, a quien Navalmoral va a dedicar una calle

Unidas por Navalmoral quería que la población reconociera, con el nombre de una calle, a la protagonista de un hecho que en su momento tuvo especial relevancia a nivel nacional. Y es que el Juzgado moralo fue el primer destino, en 1978, de la primera mujer jueza de España, Josefina Triguero Agudo.

El reconocimiento lo recibirá cuando se coloque la placa que dará su nombre a una calle, aunque ya será a título póstumo, puesto que murió el pasado día 21. Algo que lamenta el concejal de Unidas por Navalmoral, Valentín Tomé, primero por el fallecimiento en sí y segundo porque el ritmo que lleva el cambio de la denominación de las calles ha impedido que lo haya podido recibir en vida, como era el deseo de su formación y de los partidos que aprobaron su propuesta en el pleno, junto con otras 16 vías, una plaza y un paseo, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

«Madrileña de nacimiento, se convirtió el 23 de enero de 1978 en la primera mujer jueza en España. Y su primer destino profesional, tomando posesión de su plaza, fue en el Juzgado de nuestra ciudad, en el que trabajó durante cuatro años. Josefina se jubiló en marzo de 2016 en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, donde fue magistrada en la Sala de lo Social», se decía en los argumentos de Unidas por Navalmoral al formular la propuesta.

Su nombre sustituirá en el callejero al de Onésimo Redondo, situada entre la avenida de las Angustias y la Ronda Sur.

Currículum

Josefina Triguero se licenció en Derecho en la Universidad Complutense e ingresó en la carrera judicial en 1977. Inició su andadura profesional un año después, el 23 de enero de 1978.​ Tomó posesión de su plaza en el Juzgado de Navalmoral de la Mata, convirtiéndose en la primera mujer de la historia de España que se incorporaba a la carrera judicial como jueza.​

Tras cinco años de ejercicio, fue ascendida a magistrada y pasó al Cuerpo de Magistrados de Trabajo, labor que desarrolló en los juzgados de San Sebastián, en la jurisdicción laboral, y posteriormente en los de Barcelona.​ Sus colegas destacan la elevada técnica jurídica de sus sentencias y su empeño en resolver los conflictos sociales propios de la jurisdicción laboral y social.​

Asimismo se apunta que ha sido una de las principales impulsoras de la feminización de la carrera judicial.​

En 2011 el Departamento de Justicia del Gobierno Vasco le concedió el Premio Manuel de Irujo en atención a una «dilatada ejecutoria jurisdiccional plenamente acorde con las virtudes profesionales del juez y a la excepcionalidad que en su día supuso el ser la primera mujer que accedió a la carrera judicial en España, abriendo un camino nuevo en la promoción de los valores de la Justicia y en el fomento y desarrollo del Derecho».​​