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De los primeros visitantes al mini museo, participantes en un campamento de tradiciones MAM
El mini museo etnográfico La Casa de la Abuela cumple un año

El mini museo etnográfico La Casa de la Abuela cumple un año

Angelines Sánchez estima que han pasado más de 1.200 personas de todas las edades

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Jueves, 25 de julio 2019, 00:02

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Este mes se cumple un año de existencia del mini museo etnográfico La Casa de la Abuela que Ángelines Sánchez Méndez, responsable del grupo de coros y danzas El Encinar, creó en una sala lateral de Comillas. En este periodo estima que han pasado por la muestra entre 1.200 y 1.300 personas de todas las edades y de diferentes colectivos, que en unos casos han descubierto lo que allí se expone y en otros han recordado como vivían en su infancia.

El mini museo abre todos los días, de 12.00 h. a 13.00 h. menos domingos y festivos, por el empeño personal de la propia Angelines, que también ha estado muchas tardes.

«A la mayoría les ha resultado muy interesante que Navalmoral tenga algo así, que a los niños les hace aprender las tradiciones que han vivido los mayores y a éstos emocionarse porque se han encontrado como si estuvieran en la casa donde ellos vivían décadas atrás», explicó a HOY.

De ahí la visita de grupos de todas las residencias locales, de integrantes del Proyecto Itaka, de la Escuela de Adultos, de la Asociación de Mujeres de Berrocalejo, profesores de varios colegios o participantes en los Jedes, los Juegos Extremeños del Deporte Especial.

«Todos han quedado encantados. Se puede decir que la opinión de la mayoría de los que han pasado, y las dedicatorias que han puesto en el libro, es que se tendría que mantener. Si es posible en un sitio mayor, para poder exponer más cosas, pero si no que no lo quiten, porque les parece una idea muy buena».

Tiene más material

Angelines reconoce que le supone un esfuerzo estar ahí todos los días, pero que lo hace encantada a la vista del resultado, ofreciéndose a hacerlo también si se traslada a un lugar más grande, y material asegura que tiene para ello.

«Es verdad que me he complicado al estar casi todos los días, pero no me importa ni me importaría seguir haciéndolo en otro sitio, porque estoy viendo que a la gente le gusta. La alcaldesa ha estado aquí y también le ha gustado y no creo que piensen en quitarlo. Al contrario. Sería bueno que se amplíe».

Para terminar, insiste en que lo que se pretende con el mini museo es hacer una aportación más a la cultura morala, «y que los más jóvenes puedan interpretar cómo vivían los mayores y vean que lo que les han contado no es un cuento, sino una realidad».

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