Livia Drusila CAstro
Jueves, 30 de abril 2020, 13:29
El coronavirus ha traído muchas malas noticias, entre ellas la suspensión de miles de conciertos y eventos culturales en todo el mundo.
Publicidad
Y los afectados no solo somos nosotros, el público, sino también los protagonistas de esos conciertos o eventos. Una de esas personas es Miguel, un joven natural de Navalmoral, que lleva dando todo de sí desde hace unos años para dedicarse a lo que más le gusta: la música, el arte más valorado y codiciado por la sociedad actual.
El ser humano, social por naturaleza, utiliza el lenguaje como forma de comunicación, como forma de transmisión de sus pensamientos y emociones. Pero comunicación no es solo hablar, comunicarse es mucho más que eso. Se puede comunicar también a través del arte y de la cultura, de la pintura con imágenes o de la música con sus letras e instrumentos. A veces nos fijamos tanto en las letras, que nos olvidamos de aquello que da vida a una estrofa: su sintonía. ¿De qué sirven un puñado de versos bien escritos sin una buena melodía que los acompañe en su vaivén?
Miguel es el encargado de producir esos sonidos, de bañar las rimas de sus colegas en una piscina llena de ritmos y acordes, consiguiendo así el equilibrio perfecto.
De pequeño tocaba la batería y le gustaba el rock, pero con el paso de los años se fue interesando por otros géneros como el rap y la cultura Hip Hop, con lo que decidió empezar a crear su propia música. Un proceso que pasa, en primer lugar, por cursar un ciclo superior de sonido, y en segundo por muchas horas de aprendizaje autodidacta y sed de superarse y aprender.
El resultado de este esfuerzo se ve reflejado en 'Conocimiento y dinero', un álbum compuesto por 15 temas, en los que Sabio Sport, su amigo y compañero de piso, le da un profundo significado a las canciones con sus letras, y Miguel les pone el ritmo y las produce desde casa de manera independiente y autogestiva, lo que le da aún más valor a su trabajo.
Publicidad
Este proyecto comenzó en 2018 cuando Sabio se lo propuso a Miguel y poco a poco fueron probando sonidos en casa, lo que no se esperaban en aquel momento es la gran acogida que iba a tener cuando lo sacasen. Quince temas hechos con el corazón y las ganas de dos chavales que buscan hacerse un hueco en un mundo dominado por el dinero y las compañías discográficas.
Y de esto último hablan en su disco, del papel que juega el dinero en la sociedad, «la realización personal de cada uno a través de cosas que no sean materiales, y también de objetivos que perseguimos», afirma Miguel. Un álbum que califican como «muy aspiracional» y en el que intentan diferenciarse de otros creando un sonido, un código y un lenguaje propios. En definitiva, dicen: «intentamos crear contenido con cierto peso, no hacer música vacía.» Y lo consiguen, porque no deja indiferente. Conservan la esencia propia del rap, algo difícil de conseguir en un panorama musical protagonizado por la fusión de estilos.
Publicidad
Es un homenaje a la cultura Hip Hop, un movimiento artístico que surgió en Estados Unidos a finales de los 70 en las comunidades afros y latinas de los barrios populares, y que promueve unos principios muy sólidos, con los que afirman concordar.
Por primera vez en un escenario
Miguel se subió por primera vez a un escenario en el año 2018 cuando, en el conocido edificio de la Tabacalera de Lavapiés en Madrid, tocó junto a Ranjay, un moralo de procedencia latina, que también está haciendo música. El pasado 13 marzo, era la fecha en la que Mb Casablanca (nombre con el que firma Miguel) y Sabio Sport iban a presentar su disco en Madrid, apoyados por 'CKC Clique' -un colectivo de artistas y amigos que se dedican a la música-, pero el evento se tuvo que suspender.
Publicidad
El productor Mb Casablanca, no aparta la mirada y dice que tiene otros proyectos en mente, como grabar un EP (un disco de corta duración) con Nelson Martino, también de Navalmoral y Sabio Sport.
Y como Miguel, existen miles de jóvenes en el mundo que luchan cada día para lograr sus objetivos, que lo dan todo por el arte. Por entretenernos, por agradarnos la vista o el oído, por deleitarnos con sus habilidades. Ellos son el motor que hace que nuestra cultura avance, seamos nosotros el combustible que les anime a seguir creando.
PRIMER MES GRATIS. Accede a todo el contenido
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.