«No hay mejor agradecimiento a quienes lo están dando todo por nosotros que quedarse en casa

De nada sirve echar la mirada atrás ansiando responder al ¿por qué hicimos esto? o ¿cómo llegamos hasta aquí? Hoy, que nos sobra tiempo, ese que a la carrera pretendíamos extender para que el día durara un poco más, para producir, para ganar y, por consiguiente, consumir más.

Trabajos que pasaban inadvertidos hasta que la necesidad los hace imprescindibles. Labores que reprochamos con fuerza y ahínco hasta que llegan los severos días. Sanitarios, servicio de limpieza, trabajadoras sociales, fuerzas y cuerpos de seguridad, agricultores, transportistas, reponedores de supermercado, a esos que hoy nos están concediendo alargar nuestras vidas, les deberemos lo más preciado, tiempo.

Ahora, en esa mesa que ya nadie atiende, allí donde cada temporada compramos sueños de mejorar marca en la siguiente carrera, en el lugar donde fuimos adornando nuestra casa, en la librería que nos traslada a mundos inimaginables. Todos ellos nos van a necesitar, porque si queremos resistir a esta pandemia, no solo tenemos que quedarnos en casa, sino que cuando todo esto haya pasado, porque pasará y cuando brille el sol volveremos a vivir el amor en la barra de un bar, también tardaremos 19 días y 500 noches en olvidarla y no nos quedará otra que echarle la culpa al cha cha cha. Todo volverá, esta pesadilla es temporal y mañana, deberemos alimentar a quien nos hace sociedad, que no es otro que el pequeño comercio.

Mientras tanto, además de aprender de estos escenarios y apreciar las pequeñas cosas que hoy parecen tan lejanas, podemos hacer la vida más sencilla a quien nos cuida, respetando las normas, porque lo están dando todo por nosotros y no hay mejor agradecimiento que hacerles que quedarse en casa.