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Una de las avenidas, vacía, de Expacio Navalmoral MAM
No llegan... y, además, se van
Opinión

No llegan... y, además, se van

«La sociedad se hace mayor, sin perspectiva de espacio habitable donde ubicarse a falta de residencias de mayores; la juventud haciendo la maleta, más aún si tienen formación, que para eso está la inversión hecha sobre ellos, para que la gocen otros...»

José Luis Solano Rodríguez

Sábado, 5 de marzo 2022, 22:49

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La situación del presente y futuro industrial en Navalmoral de la Mata puede que no se otee o que simplemente no exista, como cualquier persona racional pudiera entrever y desear.

En los últimos tiempos se han hecho polígonos, planes industriales, se ha anunciado la posible llegada de empresas desde distintos ámbitos políticos, del municipal al nacional, pasando por el de la Junta de Extremadura que dejó entrever una fábrica de baterías entre otras, noticia que se ha confirmado esta semana con la ubicación en otra población española con vistas al mar dando empleo a 3.500 personas.

Puede que ahora Vara, tras amenazar con que el litio no sale de la comunidad y vea como se marcha, anuncie su dimisión nuevamente, la cual no llegará, quedando en un brindis al sol, en una ofrenda floral no de primavera sino otoñal y de cara al invierno en este año de homenaje a José Sacristán con su 'Flor de otoño', que ciertos chantajes no fructifican ni parece ser importan al «sursum corda» visto lo visto, que Extremadura parece seguirá siendo una colonia de donde extraer materia prima, ya sea material o humana, incluso solar.

La planificación e infraestructuras en suelo moralo ha supuesto un desembolso económico baldío considerable, hasta el presente, como recordaba el otro día un político nacional de paso por el lugar, en un flash informativo, en una queja -alentadora o sin más-, que aquí tampoco se ha quedado para solucionarlo, mandado el órdago a Mérida que lo transmite a otro lado, como el presidente Sánchez, que vino a tomar café un jueves al hogar –que no todos esos días ocurren milagros, salvo en la película de Berlanga-, tal cual el AVE que pasará sin apenas parar y mucho trastocar; después de todo, parece como si los hermanos Marx nos metieran un día en las carreras.

Puede que ningún aluvión de industrias llegue y las existentes se encaminen a otros lugares con las subvenciones aquí obtenidas; la última lo anunció el otro día al toparse en su expansión -otra más- con un suelo caro, antes lo hicieron otras -Fuentecapala….- por distintos motivos, sumándose a las que, simplemente, cerrarán.

La capital que se dice del Arañuelo no toma ejemplo de otra nacional y de su prolongación por el corredor del Henares, entre otros por distintos puntos de la geografía nacional, que captan industrias, aumentan el PIB, la riqueza, el empleo, atraen a jóvenes capacitados formados con inversiones de otros lugares. Incluso tampoco de poblaciones menores de su entorno –Almaraz, El Gordo, Peraleda, Saucedilla, Talayuela, ...-, que añaden fábricas a su término municipal con todos los beneficios económicos y sociales que comporta; que aquí, parece ser, sólo se entrevé capitalizar un corredor de paso y de ilusiones, tal vez, y, más que un corredor, un lazo asfixiante, añadiendo a esa carrera de fondo sólo, en plan deportivo, el fomento de los medios maratones, las pedestres y …la posible carrera del galgo. ¿Al encarecimiento del suelo industrial mencionado se añaden otros factores en contra?, tal vez tributarios, burocráticos…

El futuro se vislumbra como un espacio desolado en ese aspecto. Quizás venga – además de para ser jurado literario del premio 'Encina de plata'- el escritor Luis Mateo Díez a fomentar el reino de Celama, y transmitir el espíritu del páramo, la Babia semidesierta, hostigada de vacío, o para inspirarse en este espacio geográfico y enfocar nuevos relatos en un universo más real que ficticio.

Recupera la sierrilla

Tal vez haya que recuperar la Sierrilla con fines agrícolas y de industria turística dado el mirador que ofrece sobre el Campo Arañuelo, expandir la dehesa, llenarla de bellotas que alimenten a las próximas generaciones en un futuro exclusivamente ecológico, recuperando los baldíos placentinos próximos, viendo pasar las grullas, repoblando con placas solares y molinos aéreos que den energía a otras tierras industrializadas, replantando eucaliptos arrancados, volviendo a llevar colchones viejos a algún basurero alterado ilegalmente por el urbanismo empleador de jet humana y de ocio.

Entre tanto, la sociedad se hace mayor, sin perspectiva de espacio habitable donde ubicarse a falta de residencias de mayores o viéndolas cerradas de continuo sin llegar a abrirse; la juventud haciendo la maleta, más aún si tienen formación, que para eso está la inversión hecha sobre ellos, para que la gocen otros y dejen de aumentar las cifras del paro juvenil en esta tierra yerma.

Pero tranquilos, para algunos puede que no pase nada, que hay perspectivas. El próximo año se planteará un nuevo futuro cargadito de promesas, ¡tralará!.

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