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Participantes en el taller celebrado en Higuera R. H.
El juego como terapia y vínculo

Colaboración

El juego como terapia y vínculo

Mayores y pequeños de Higuera de Albalat disfrutan del taller intergeneracional 'Todos a jugar' en las vacaciones de Semana Santa

R. H.

Viernes, 29 de marzo 2024

Como cada periodo festivo, los municipios de la región organizan actividades para mayores y pequeños, normalmente por separado. En esta ocasión, el Ayuntamiento de Higuera de Albalat se ha lanzado a probar algo nuevo: un taller intergeneracional en el que mayores y pequeños han disfrutado de juegos antiguos y nuevos sin tener en cuenta la edad de los participantes.

Esta actividad también ha contribuido a generar más cohesión entre los vecinos de toda la vida y quienes se acercan al pueblo durante las vacaciones. Más todavía, el taller 'Todos a jugar' ha sido desarrollado por dos vecinas que veranean en la localidad, algo que también ha contribuido a crear un clima de confianza desde el minuto cero.

Sentados en círculo alrededor de globos de vivos colores, bebés y abuelas octogenarias, pasando por adultos de mediana edad y niños en la preadolescencia, han ido pronunciando su nombre con una única vocal. Rodrigo no ha sido capaz de decir «Rodrogo», y a Antonia le ha costado decir «Untunuu», pero entre todos lo han conseguido, en medio de risas y carcajadas.

En ese momento, las facilitadoras María Ángeles Osuna y Eva Jiménez han colocado un gran puchero imaginario en el centro de la sala del Centro de Actividades Sobre las Abejas y la Biodiversidad (CASAB), y han pedido a los asistentes que lancen juegos e ingredientes para comenzar a cocinar los juegos: Diversión, Alegría, Emoción, Energía, La comba, El escondite, El bote-botero, Polis y ladrones, Chichi-canela, Virus...

De este modo, la energía del grupo ha ido subiendo poco a poco, gracias también a actividades como coger con la mano una bola de energía imaginaria y lanzársela al compañero sentado a la izquierda al grito de «¡GÍA!», entre otras dinámicas.

Con la energía subida, pequeños y mayores han jugado juntos a diferentes juegos, sin más herramientas que su imaginación y creatividad. Así, los niños han saltado a la comba mientras las personas mayores les acompañaban cantando canciones tradicionales como «Al pasar la barca, me dijo el barquero» o «El patio de mi casa es particular, cuando llueve se moja como los demás», etc.

Asimismo, los niños y niñas se han convertido en expertos llegados de Higuera Town para explicar a los presentes qué es el bote-botero, un juego popular en Higuera que consiste en poner una botella de agua en el centro de la plaza que alguien golpea con fuerza para ganar tiempo para que los jugadores puedan esconderse, mientras que otra ha de ir a buscar la botella y descubrir a los escondidos. Eso sí, la explicación tenía que hacerse mientras giraban sobre sí mismos pegados por los hombros y cada uno sólo podía decir una única palabra para formar las frases. Risas garantizadas.

Juego tradicionales

El encuentro también ha servido para conocer juegos tradicionales como el 'Chichi-canela', que las mayores jugaban cuando eran pequeñas y consistía en que cuatro personas se ponían en las cuatro columnas del porche de la Iglesia y una en el centro. Esta gritaba «¡Cambio!» y las otras cuatro tenían que cambiar de posición, ocasión que la persona que estaba en el centro aprovechaba para encontrar una columna libre.

Durante el taller también se han realizado guerras de refranes y guerras de globos, actividades que han permitido a los mayores recordar frases cargadas de sabiduría popular y a los más pequeños moverse y soltar energía. Tampoco han faltado divertidas «penalizaciones» a los grupos perdedores, donde han salido a escena canciones como «Pajaritos a volar» o «Bob Esponja», entre otras dinámicas acompañadas con música.

Para finalizar, los presentes han pronunciado una palabra para expresar el sabor de boca que les ha dejado ese guiso de juegos desaguisado, al tiempo que lanzaban un ovillo de lana. «Alegría», «Divertido», «Contento», «Amor»... Y así se ha ido tejiendo una red de relaciones donde mayores y pequeños han podido compartir un rato divertido juntos.

El ovillo se ha enredado, hecho que la facilitadora María Ángeles Osuna ha aprovechado para lanzar reflexiones tipo: «La vida es un poco así, como un juego. A veces fluye, a veces se hacen nudos... Y hay que improvisar». Y Eva Jiménez le ha seguido: «¿Quién dijo que había juegos para mayores y juegos para pequeños? ¿Y habéis visto que bien lo hemos pasado sin móviles ni pantallas?».

El taller 'Todos a jugar' celebrado en Higuera es la prueba de que es posible crear un espacio libre de miedos y prejuicios, un espacio donde se tejen las auténticas relaciones, más allá del lugar y la fecha de nacimiento.

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