Isla de Valdecañas, ayer y hoy
Recuperamos, como homenaje a su memoria, una de las últimas reflexiones del Cronista Oficial de Navalmoral sobre el controvertido enclave
domingo quijada, licenciado en geografía e historia y autor de varios libros sobre la zona
Sábado, 24 de octubre 2020, 22:45
Desde hace más de cuatro décadas llevo visitando y analizando dicho paraje, hoy modificado. Y lo hice –y aún continúo haciéndolo– por diversas circunstancias.
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En primer lugar, cuando conjuntamente con el doctor en Prehistoria Antonio González Cordero escribimos y publicamos la primera obra global sobre la Prehistoria de nuestro entorno: GONZÁLEZ CORDERO, A. y QUIJADA GONZÁLEZ, D.: Los orígenes del Campo Arañuelo y la Jara cacereña, y su integración en la prehistoria regional. Excmo. Ayto. de Navalmoral. Navalmoral de la Mata. 1991.
Para poder realizarlo, recorrimos todo el entorno que afectaba a la obra. Especialmente las márgenes del embalse de Valdecañas pues, además de la inundada Augustóbriga, con la erosión de las aguas se muestran numerosos restos por doquier.
Cuál fue nuestra sorpresa cuando, al analizar ese espacio, es uno de los escasos lugares de las orillas donde no aparece ningún utensilio o restos constructivos del pasado más o menos remoto (siendo una loma amesetada ubicada cerca del río Tajo). Tal vez porque los primeros pobladores y civilizaciones posteriores preferían otros asentamientos cercanos más fértiles y/o defensivos.
A continuación comencé a elaborar otro libro, concretamente El Campo Arañuelo, Los Ibores y la Jara cacereña; recursos naturales, humanos y turísticos, editado por la Imprenta Rivero de Navalmoral, con la colaboración especial de la Consejería de Turismo de la Junta de Extremadura, en 1995.
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Como se desprende de su título, analicé en profundidad los elementos citados del municipio y resto de las localidades. Y, en lo que a ese espacio se refiere, pude apreciar que era un terreno con muy malos suelos, erosionados y degradado por los únicos árboles que lo poblaban: los nocivos eucaliptus. Derivado de ello, la hierba brillaba por su ausencia; existiendo sólo algunos escobones y cardos 'borriqueros»'. Cuando descendía el nivel de las aguas del embalse, en sus orillas brotaba algo de vegetación, que un rebaño de ovejas de un vecino de Peraleda de la Mata aprovechaba, pues pertenecía a Iberdrola.
Al margen de la flora, la fauna era casi inexistente. Y mucho menos las grullas, ya que prefieren la cercana dehesa de El Guadalperal, pues la bellota invernal forma parte de su dieta y le ofrece una mayor cobertura. Además, se han realizado numerosos estudios científicos sobre la fauna en los eucaliptales, y todos coinciden en la escasez y temporalidad de las mismas.
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Pero observé que, para muchos vecinos de la localidad, se había convertido en una escombrera y basurero de objetos inservibles, en su mayor parte no reciclables al natural.
Pueblos en Blanco y Negro
Tres años después escribí otro libro específico sobre la localidad de El Gordo dentro de la colección Pueblos en Blanco y Negro del Arañuelo, que editó la editorial y empresa Publisher de Navalmoral de la Mata en 1998.
Como en el caso anterior, volví a recorrer, observar y analizar los diferentes elementos del municipio. Y nada había cambiado respecto al anterior.
Ya en este siglo, estuvimos al corriente cuando la Junta de Extremadura aprueba el PIR Marina Isla de Valdecañas, con el que dicho espacio se remodeló y transformó mediante un proceso que todos conocen, dando lugar a un paisaje impresionante, donde los edificios se insertan entre las aguas y una variedad y riqueza botánica esplendorosa.
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Y de cuando en el 2012 se declara su entorno como ZEPA. Lo que origina que colectivos ecologistas denuncien la construcción de dicho complejo, solicitando su eliminación. Dando lugar a una serie de litigios judiciales, publicaciones, críticas, informes de técnicos foráneos, etc.
Personalmente, estoy de acuerdo con el respeto a la Justicia. Pero, como geógrafo e historiador, tengo la evolución de la población, economía y empleo de los diversos municipios de la zona, en la que centro casi todos mis trabajos. Los datos están al alcance de cualquiera, a través de las diversas publicaciones oficiales (como las del INE). Donde se puede apreciar cómo se ha incrementado la población y la RPC, a la vez que disminuye el paro. Algo que es evidente, porque dicho complejo proporciona trabajo a números vecinos de la localidad y comarca.
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También soy partidario del desarrollo sostenible, o ecodesarrollo, en una comunidad tan necesitada de ello como es Extremadura, prototipo de la 'España vacía'.
A la vez que me llama la atención que algunos se centran en proyectos como éste, mientras dichos colectivos no lo hacen con otros: por ejemplo, con las miles de viviendas ilegales edificadas sobre suelo rústico, con fosas sépticas permeables o que no se limpian como deberían hacerlo, contaminando peligrosamente los acuíferos y corrientes de agua próximas; o con el funcionamiento de ciertas depuradoras de las aguas residuales urbanas, que dejan mucho que desear…
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