Borrar
Teresa Nuevo ante el ordenador HOY
Igualdad y utopía
Reflexiones sobre la crisis del coronavirus

Igualdad y utopía

«En esta situación, el sistema educativo es, sin duda, uno de los grandes ámbitos para el análisis y el propósito de mejora»

Teresa Nuevo españa, antropóloga y coach

Sábado, 9 de mayo 2020

Coronavirus ha pasado de ser una palabra desconocida a ser el centro de nuestra vida. En tan sólo unas semanas hemos pasado de la rutina a tener que adaptarnos a una situación inesperada y nada fácil, una situación en la que cada persona se está mostrando tal y como es.

Hay un virus que nos ha parado de golpe y, sin embargo, muchas personas llevan un ritmo frenético y nada recomendable, afortunadamente hay quienes han entendido el mensaje y se han dedicado a ver la oportunidad detrás de la tragedia, porque haberla, hayla. El coronavirus ha puesto sobre la mesa muchas cosas, las evidencias ahora, hablan por sí solas.

Desde que empezó la pandemia, hemos visto situaciones de todo tipo; hay quienes antes del estado de alarma, y habiendo viajado desde zonas de contagio, han hecho una cuarentena voluntaria evitando así contagiar a nadie. Hay quienes ante la misma situación, han llamado a sus colegas y se han ido de cañas exponiéndose a ser vía de transmisión y haciendo alarde de la más evidente irresponsabilidad.

Hay empresas que desde el principio han entendido la magnitud y han adaptado el desempeño de las tareas al teletrabajo. Hay profesionales que han puesto su trabajo a disposición de quien lo necesite sin buscar más recompensa que hacerles más fácil quedarse en casa.

Hay responsables políticos que han encarado esta situación extrema desde su mejor hacer, asumiendo las responsabilidades del cargo y asumiendo que hay cosas que se podían haber hecho mejor. Hay, sin embargo, dirigentes públicos que mandan mensajes a la ciudadanía con el único propósito de que exijamos la rendición de cuentas.

Sistema educativo

En esta situación, el sistema educativo es, sin duda, uno de los grandes ámbitos para el análisis y el propósito de mejora. Si algo se ha puesto en evidencia es que muchos de los colegios no han entrado en una enseñanza que aproveche y potencie las nuevas tecnologías poniendo sobre la mesa la necesidad de hacerlo ¡ya!.

Hay docentes que desde el primer día han buscado herramientas para facilitar el aprendizaje en casa, quienes se han reinventado haciendo alarde de creatividad e intención y, sobre todo, haciendo más fácil este momento. También hay quienes se han dedicado a enviar una sobrecarga de tareas o quienes apenas mantienen contacto con su clase.

Nos enfrentamos a un final de curso escolar en el que se alude a uno de los grandes valores de la enseñanza: la igualdad. Una palabra que, en multitud de ocasiones, se confunde con igualitarismo. La responsabilidad de la enseñanza ha recaído en las familias, donde hay grandes diferencias entre las posibilidades (y no únicamente tecnológicas) entre unas y otras. Es un escenario en el que se apela a una igualdad edificada sobre la diferencia.

Aprovecho estas reflexiones para reconocer el enorme trabajo que están haciendo las familias con sus hijos e hijas. Nuestras casas se han convertido en espacios que albergan cualquier tipo de escenario: un barco pirata, un safari, un castillo, un bosque encantado, un tatami o una playa llena de caracolas. Se hacen todos los esfuerzos para que los niños y niñas no decaigan, tarea nada fácil, sobre todo cuando lo tienes que compatibilizar con el trabajo.

Mi más sincero agradecimiento a todas aquellas personas que, sin esperar aplausos, han vuelto a poner todos sus esfuerzos para que los hogares sigan siendo espacios de ilusión. Una vez más, la historia se repite y son, en la mayoría de los casos las mujeres, quienes están llevando el peso. Reflexionemos sobre el impacto que la pandemia está teniendo sobre las mujeres y reajustemos lo que sea necesario para no dar pasos atrás. Avanzar ha costado mucho, retroceder siempre está en función de las circunstancias y en este momento, no juegan a favor.

Igualdad, a veces me recuerdas a la frase de Galeano al hablar de la utopía, «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.»

Caminemos.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Igualdad y utopía