Miguel Ángel Marcos
Lunes, 16 de junio 2025, 20:23
Como algo «indescriptible», que los lleva a pensar en «cerrar, entregar las llaves e irse», es la situación por la que están atravesando algunas de las hermandades de donantes de sangre de la región, entre ellas la de Campo Arañuelo.
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Así lo relató su presidente, José Luis Fernández, en la asamblea general que el colectivo celebró días atrás, y en la que puso de manifiesto los problemas que están teniendo con el Servicio Extremeño de Salud.
Desde marzo de 2024, explica, «todo han sido problemas y dificultades», con un exceso de la ya sobredimensionada burocracia. Como ejemplo, que para pedir la subvención de todos los años les han pedido incluso el acta fundacional, cuando llevan cuatro décadas de existencia.
Y todo, lamenta, para que a fecha de hoy no tengan aún nada por escrito, tan solo compromisos verbales, y que a mitad de 2025 «no hayamos recibido ni un solo euro para las actividades de este año».
Por ello, durante la asamblea anunció que la Hermandad no dispone de dinero para hacer más actividades, como la megafonía para animar a donar en cada extracción itinerante o cartelería.
«Hasta ahora nos hemos podido mantener gracias a la subvención del Ayuntamiento de Navalmoral y a la de la central nuclear, que es con la que sufragamos el certamen de dibujos de la donación», aclara.
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De igual forma lamenta el nivel de recorte que a su juicio está llevando a cabo la administración regional, poniendo como ejemplo que al acompañante de una persona distinguida como Gran Donante Regional (la mayoría con más de 80 donaciones) no se le pueda invitar «ni a un vaso de agua» cuando acuden a la Asamblea de Extremadura a recibir tan merecido reconocimiento.
Ganas de irse
No obstante la Hermandad Campo Arañuelo no es la peor parada, pese a perder unos 900 euros de la subvención comprometida y todavía no recibida. Otras, señala, precisan de trabajadores para realizar sus tareas, por lo que han tenido que pedir créditos para mantenerse.
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«Con estas cosas, lo que te dan ganas es de dejarlo y que lo hagan ellos. Pero no damos el paso porque al final quién lo va a sufrir es el paciente y el Banco de Sangre», afirma, recordando que su labor, al igual que la del resto de la directiva y colaboradores, es totalmente altruista.
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