Gran ambiente y colorido en una jornada para la historia del deporte moralo

Gran ambiente y colorido en la mañana del domingo en Navalmoral para acompañar a los corredores en la salida de la decimoquinta etapa de la Vuelta Ciclista a España, ante la presencia de varios miles de vecinos y de habitantes de poblaciones de la zona en el entorno del pabellón Antonio Jara, el centro urbano y finalmente en la carretera Nacional V, en una jornada histórica para el deporte moralo.

Desde primera hora se palpaba que no iba a ser un domingo 'normal' de verano, en los que Navalmoral se queda vacío ante el éxodo a parcelas, piscinas o a las gargantas de la Vera para huir del calor. El tránsito de vehículos cargados de bicicletas en dirección a las explanadas del barrio del Cerro –limpias y segadas como pocas veces- anunciaba que allí se iba a concentrar la 'familia' de la Vuelta y todo el espectáculo que conlleva, en forma de infraestructuras, animación o merchandising.

Lo primero fue, para el gran público, un desayuno popular, el reparto de bolsas con regalos conmemorativos y la magia, la música y los bailes en el camión donde minutos más tarde tendría lugar una animada presentación de los equipos y de los corredores que todavía quedan en liza, ya que son numerosas las bajas por caídas, golpes o el cansancio acumulado.

Terminada la presentación la actividad se trasladó al cercano barrio de la Marcha Verde, lugar elegido para cortar la cinta de rigor por parte de la alcaldesa, Raquel Medina, y dar la salida neutralizada para disfrute de los aficionados presentes al poder recoger con sus cámaras y móviles el paso de los ciclistas por la calle Antonio Concha, incluida la zona peatonal; Urbano González Serrano y la avenida de las Angustias hasta salir a N-V por la rotonda de los Sauces.

Desde allí se dirigieron a la carretera de Rosalejo para mirar de frente a la imponente sierra de Gredos, preludio de una dura jornada de montaña hasta El Barraco, tras pasar por las poblaciones cacereñas de Rosalejo, Tiétar, Barquilla, Pueblonuevo de Miramontes y Madrigal de la Vera y entrar en la provincia de Ávila por Candeleda.

«Ha sido emocionante», por la salida, o «Vaya montaje que lleva esto» son comentarios mayoritarios entre los espectadores, poco acostumbrados en esta zona a ver en directo espectáculos deportivos de tal magnitud, esperando que se repita en próximos años pero con una llegada «que luce más y está más tiempo en televisión».

Reivindicaciones

La etapa fue aprovechada por dos colectivos para hacer visibles sus reivindicaciones en distintos puntos del recorrido: la plataforma No al Muro, con numerosos carteles pidiendo el soterramiento del futuro tren de alta velocidad, y Milana Bonita, más modestamente, preguntándose que «¿pa' cuando un tren de altas prestaciones Navalmoral-Madrid?».

También se vieron algunos cartelones del Carnavalmoral, aunque la sensación es que la presencia de la Vuelta a España se podía haber aprovechado más para promocionar Navalmoral y su entorno ante una audiencia millonaria.

Quienes sí lo aprovecharon fueron los bares y restaurantes que abrieron -ya que muchos decidieron mantener su cierre semanal a pesar de la llegada de la caravana- registrando en algunos casos un movimiento poco habitual un mediodía de domingo de verano. «Que vuelva el año que viene», pedían.

La etapa que despidió el paso de la Vuelta por Extremadura tuvo un espectador inesperado, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, presente en la salida y que siguió buena parte del recorrido. Estuvo acompañado, entre otras autoridades, por el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara; la consejera de Cultura, Deporte y Turismo, Nuria Flores, o el presidente de la Diputación de Cáceres, Carlos Carlos.

El ministro -que no hizo declaraciones- departió unos minutos con integrantes del operativo de seguridad de la carrera.