E. G. R.
Sábado, 3 de octubre 2020, 11:48
Con 32 años, y tras trabajar en un laboratorio de análisis, Miriam González apuesta por el cultivo del tabaco y vuelve a la explotación familiar, en la que producen más de 100.000 kilos de Virginia.
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–¿Cómo surge regresar al mundo del tabaco con esa edad?
–Mi padre estaba muy agobiado con tanto trabajo, y más ahora que con esto de la covid-19 hay que hacerlo casi todo telemáticamente: presentación de documentación, certificados digitales,... para él es más difícil. Yo llevaba nueve años trabajando en un laboratorio de análisis clínicos en Salamanca y vi la oportunidad de volver para entrar en la empresa familiar, porque además me gusta este trabajo. No tenía sentido estar trabajando por cuenta ajena cuando tengo aquí esta empresa, en la cual puedo tener más beneficio.
–Imagino que también es optimista respecto al futuro del sector.
–Sí, yo soy muy positiva y creo que hay futuro, pero lo cierto es que tenemos que luchar.
–¿En que sentido?
–Debemos luchar por un precio justo. El otro día fui a la cooperativa para decir que no me parecía bien el precio que nos han puesto después de llevar cerca de una década estancados. Sin embargo todo lo demás sigue subiendo: la factura de la electricidad de los secaderos, el gasoil, los fertilizantes y productos fitosanitarios, la mano de obra,... por eso digo que los tabaqueros debemos luchar. Por poner un ejemplo, este año ya me había gastado 40.000 euros antes de poner ni una sola planta de tabaco.
–No obstante usted apuesta por el tabaco y su continuidad...
–Así es. Soy optimista y voy a luchar por ello. De forma paralela iremos probando con otras cosas, como el cáñamo industrial, que este año hemos plantado para ver como va. Pero lo que quiero y por lo que apuesto es por seguir produciendo tabaco, y seguiré apostando. De hecho toda mi inversión está orientada hacia el tabaco. Por otro lado, cambiar ahora toda esta inversión, toda la maquinaria, para adaptarse a otro cultivo sería muy caro.
–Comenta que el sector lo conoce desde pequeña...
–Así es. Mi abuelo ya era tabaquero y crecí viéndolo de cerca, aquí en Tiétar, porque mi padre también lo es.
–¿Conoce a más jóvenes que estén volviendo a cultivar tabaco?
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–Sí, muchos jóvenes están regresando, y entre estos hay bastantes chicas.
–¿Cuánta producción anual tiene?
–Este año estaremos entre 105.000 y 120.000 kilos, que cultivamos en un total de 45 hectáreas, distribuidas en varias fincas de la zona. La reciente tormenta no nos alcanzó, como ha ocurrido en muchas explotaciones, así es que esperamos llegar a ese volumen de kilos.
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