E. G. r.
Lunes, 11 de septiembre 2017, 08:58
Recorrer cerca de 3.000 kilómetros por carretera en apenas una semana, sin un euro en el bolsillo, ni provisiones, ni coches de apoyo. Tan solo una mochila con ropa, una cámara de fotos y el móvil. Parece un auténtico reto, lo es, y además un reto conseguido. Lo ha llevado a cabo el joven moralo Agus Scab, quién meses atrás se propuso viajar desde Madrid hasta Budapest (Hungría) de esta forma, consiguiéndolo en apenas seis días.
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Esta original experiencia tiene su origen en la propia singularidad del personaje, tal y como él mismo explica. Tras concluir sus estudios en Marketing, y culminar con éxito un Máster en creatividad publicitaria, en marzo pasado y con solo 22 años, accedió al puesto de Director Creativo en la agencia de marketing y publicidad El Despacho de Kotler, siendo el directivo más joven del país en este sector.
Esto causó un revuelo mediático en Madrid y en el sector, que hizo que muchas marcas se interesaran en mi. Yo ya tenía un blog (en la revista YellowBreak) que compaginaba con mi trabajo de creativo y éste empezó a tener mucho tirón. Hubo tres marcas que se metieron como patrocinadores personales míos, Chuic, que es una marca de ropa; Sony y De vuelta por el mundo, una web de experiencias, viajes, etcétera. Por decirlo así me ofrecieron ser embajador de sus marcas», recuerda con orgullo.
Aprovechando ese revuelo mediático, el joven emprendedor propuso a esas tres marcas afrontar un reto para promocionar la cultura europea. Y lo hizo junto a la empresa de la que forma parte de la organización desde hace dos años, Rookiebox, poniéndose en contacto con sus patrocinadores por un lado y con los promotores del Sizget Festival, uno de los mayores festivales europeos, que se celebra en la Isla Libertad, en Budapest.
Ambas partes aceptaron la propuesta de Scab, consistente en cubrir por carretera los más de 2.800 kilómetros que separan Madrid de Budapest sin dinero. Ni para medios de transporte, ni para comida, ni para dormir. Para nada. Tan solo podría valerse de su pericia y de las redes sociales, que en este caso han sido cruciales para lograr su objetivo. El premio consistiría en una estancia VIP en el citado festival, con todos los gastos incluidos.
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Comienza el periplo
El periplo comenzó el 2 de agosto, partiendo de Madrid con el citado equipaje y un palo selfie que le ayudaría a hacer grabaciones durante el viaje para subirlo a foros y redes sociales, dando a conocer el Sizget, que era uno de los compromisos. Precisamente fue a través de un foro donde encontró a un grupo de amigos que viajaban en una furgoneta en dirección a Francia.
«Venían de Lisboa y pasaban por Madrid. Me recogieron a las cinco de la mañana y me llevaron hasta Aix-en-Provence, cerca de Marsella», relata.
Entre las anécdotas, sin duda muchas, explica que pasando Barcelona pararon a comer en un área de servicio, iniciando lo que sería su primera búsqueda de comida gratis.
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«Vi una excursión de jubilados en autobús y me dije que seguramente habría abuelitas con galletas [ríe]. Me puse a hablar con ellos y me dieron filetes empanados, bocadillos, tortilla», rememora.
La siguiente etapa, prosigue, fue más difícil. Una jornada completa sin encontrar medio de transporte, teniendo que permanecer en esa ciudad francesa.
«Conseguí comer gracias a una chica francesa que estaba siguiendo mi reto por redes sociales. No hablaba nada de español, pero me dijo que iba traduciendo lo que yo decía en los vídeos y así se enteraba. La chica contactó conmigo para invitarme a comer en Francia», recuerda.
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Autostop digital
El tercer día logró contactar por Internet con unos jóvenes que iban a Croacia de vacaciones. «Pero les convencí para que dieran una vueltecita y me llevaran hasta la región de Gorizia, en la frontera de Italia con Eslovenia», región natal de una bloguer que vive en Madrid y que Agus ya conocía de otros eventos celebrados en la capital de España.
«Esta chica también, que estaba siguiendo mi reto, me acogió en la casa de su familia y estuve un día entero en la ciudad de Nova Gorica, en esta misma región. La verdad es que fue un poco bola de nieve que se generó a raíz del revuelo en las redes. La gente iba siguiendo mi reto e iba contactando conmigo para ofrecerme alojamiento y comida», explica.
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En Eslovenia tuvo que optar por la aplicación Prevoz, utilizada para hacer "autostop digital. Me registré en Prevoz y conseguí que una chica me llevara hasta Liubliana, la capital de Eslovenia, donde pasé un día entero en un alojamiento que el patrocinador De vuelta por el mundo me consiguió a coste cero».
Tal vez el peor trago lo pasó Scab en Máribor, al norte de Eslovenia, cerca de Hungría, hasta donde llegó a través de la misma aplicación.
«Desde aquí hasta Budapest lo pasé un poco mal. Estuve tirado unas cuantas horas en las que no tenía absolutamente nada para avanzar. Me veía haciendo noche en la estación de tren o en cualquier sitio. Finalmente me metí en un foro de Internet y, casualidades de la vida, un chico iba justamente a Sizget y pasaba por esta ciudad. Me recogió y me llevó hasta Budapest, donde me estaban esperando mis amigos del festival y toda la promoción y organización», concluye, para disfrutar de una merecida estancia de ocho días a cuerpo de rey.
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Al término de la entrevista, Scab se queda pensativo. ¿Podría recorrer de este mismo modo toda Europa u otros continentes?
«Mi siguiente reto es dar la vuelta al mundo», concluye.
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