La Bossa y la Vida prepara su segundo disco

"Probablemente se grabará en invierno, saldrá en verano y será más alegre, más fresco y luminoso", asegura el popular grupo local

José Luis PDE

Lunes, 26 de diciembre 2016, 10:24

En 2008, fruto de la casualidad y de un contratiempo, salta la chispa que da origen al grupo musical La Bossa y La Vida, ésta se produce cuando se conocen Fátima Sánchez, vocalista del grupo, y Alejandro González, guitarrista y compositor.

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Desde el principio hubo química, empezaron a componer e interpretar y poco a poco se fueron sumando miembros al grupo. A finales de enero de este año, ocho años después, lanzan su primer disco Cuando la Luna muera. Hoy nos hablan de él y de sus proyectos. Nos presentan a los componentes del grupo y nos confían algunos aspectos de su trayectoria profesional y humana.

Os presentó la esposa de Alejandro para que éste supliera a última hora a la pianista que iba a acompañar a Fátima en una actuación para la fiesta de graduación del instituto San Martín de Talayuela. Fruto de este encuentro casual nace La Bossa y la Vida, pero ¿cuál es el punto de partida particular de Fátima y de Alejandro, cuál es el primer contacto con la música del que tenéis recuerdo?

F.: Viene por parte de mi madre, mi abuela y mi padre. Mi madre siempre me ha cantado, creo que es la que mejor canta de la familia. Mi abuela también cantaba muy bien, y desde pequeña escucho cantar copla, a María Dolores Pradera, a las grandes cantantes españolas y un poco de todo. Mi padre es músico desde que tenía 14 años, ha formado parte de muchos grupos en Badajoz, y he estado presente en muchos ensayos incluso antes de nacer. Mi abuelo, Manuel Sánchez Redondo, era primo del famoso pianista Esteban Sánchez. Podemos decir que llevo la música en los genes y mis influencias vienen dadas por el aprendizaje en la niñez y adolescencia. María Creuza, Toquinho, Vinicius de Moraes, Santana, Triana, Alameda, The Shadows, Los Brincos, Los Pekenikes, son algunos de los grupos que formaron parte de mi aprendizaje y de los que tengo influencias.

A.: El primer recuerdo que tengo es de mi padre, que es muy melómano, poniendo en el tocadiscos de casa un disco de The Beatles con el tema Michelle. Ese disco me gustó y aprendí pronto a ponerlo. En casa no había muchos discos, pero los que había eran muy interesantes, King Crimson, grupos de los 60 y 70, rock progresivo. Enseguida vi que este era el tipo de música que más me llamaba, más que la de la movida que se escuchaba esos días; luego me he reconciliado con ella, pero en mi adolescencia tenía una clara preferencia por la música más añeja, y creo que esta se puede apreciar en toda la música que hacemos.

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¿Cómo surge el nombre del grupo?

F.: Algunas de las primeras canciones que montamos eran Bossa Nova, concretamente la primera fue Acuarela de Toquinho. Esta influencia se mantiene en la actualidad, pero decidimos incorporar otro tipo de música, traer a nuestro terreno canciones y estilos que te vas encontrando por la vida y te gustan. Sobre esta base también hicimos juegos de palabras con la famosa frase La bolsa o la vida, y de estos juegos y reflexiones surgió el nombre definitivo.

Vuestra banda es de lo más variopinta, habéis conseguido fusionar con éxito músicos de distinta procedencia, diferentes estilos y diversa formación. ¿Podéis enumerarnos a los componentes actuales del grupo y su papel dentro de él, por orden de incorporación?

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Fátima Sánchez: vocalista. Alejandro González: guitarrista, compositor y arreglista del grupo. José Miguel Oballos: percusionista. José Antonio Maestro: trompa y trompeta. Andreana Yaradzhieva: violinista. Sergio Barrabí: flautista. Flor Quijada: pianista y violista. Rafael Rodríguez: bajista. Pablo García: guitarra eléctrica y responsable de tecnología. Todos españoles, a excepción de Andreana y Miguel, que son búlgara y venezolano, respectivamente.

¿Entre qué edades estáis situados los componentes del grupo?

Entre los 21 y los 46 años.

Siendo en algunos aspectos tan diferentes, ¿cual creéis que es el nexo principal que os une a todos?

El amor a la música, sin prejuicios. A todos nos apasiona la música, y no tenemos manías. No nos asusta experimentar a la hora de fusionar y hacer arreglos con cualquier tendencia, clásica, actual, rock, brasileña o medieval; es más, disfrutamos mucho haciéndolo.

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Tenéis temas propios y versionáis todo tipo de música, fusionando Bossa Nova con géneros tan dispares como la música medieval o la de los 80. ¿De dónde surge esta idea de fusionar? ¿Cómo se van gestando las canciones?

A.: Nuestra idea no es hacer canciones procurando que suenen idénticas a la versión original, como es el caso de los tributos. Cuando creemos que tenemos algo que aportar a una canción conocida y que podemos llevarla a nuestro terreno, con algo de travesura, la damos ligeros toques para hacer una versión interesante. La idea es que el oyente pueda tararearla pensando me la sabía, pero mira qué bonito lo que han hecho.

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F.: De hecho, una de nuestras versiones, Lucía de Juan Manuel Serrat, en clave de Bossa, se ha convertido en una de las más solicitadas. Por otro lado, el proceso de gestación de las canciones empieza cuando las musas visitan a Alejandro, y estas pueden presentarse sin previo aviso en cualquier momento. La canción que nace de este encuentro me la pasa a mí versionada con su voz y empiezo a escucharla hasta que me hago con ella. Después la presentamos al resto de compañeros y Alejandro empieza con los arreglos para cada instrumento. A partir de aquí empezamos a vestirla, desde el esqueleto hasta que ya la ves con los pendientes y los tacones, lista para presentarse ante el gran público.

¿Utilizáis algún tipo de vestuario especial en vuestras actuaciones, tenéis alguna norma en este sentido o va cada uno a su aire?

F.: Normalmente va cada uno a su aire porque hemos visto que la mezcla sale bien, pero dependiendo del tipo de actuación sí podemos dar pequeñas pistas, como 'en tal actuación vamos a ir todos de negro' o 'las chicas vamos a llevar tal complemento en el pelo', cosas así. Procuramos adaptarnos al tipo de acto, pero no hay excesiva rigidez en este aspecto.

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Todos tenéis vuestra profesión aparte de la música, ¿qué tal lo compagináis, cuándo y dónde organizáis los ensayos?

Lo compaginamos con mucho entusiasmo, venciendo muchas dificultades para lograr congregar a todo el grupo; por eso, el hecho de que lo consigamos con cierta frecuencia da testimonio de la implicación de cada miembro. El domingo es el día que solemos ensayar en casa de Flor o de Pablo. Además cada uno trabaja individualmente con las grabaciones que nos vamos pasando con los móviles o el correo electrónico.

¿Os habéis planteado en alguna ocasión dejar todo por la música para dedicaros a ella de forma profesional?

A.: Como grupo no, y en mi caso tampoco, prefiero disfrutar la música de forma amateur, cuando y como quiero, con plena libertad.

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F.: Alguna vez me lo he planteado porque me gusta mucho, pero vivir en Extremadura de la música es muy difícil, y por otro lado me gusta mucho mi trabajo.

¿Está abierto el grupo a nuevas incorporaciones, o esta es la composición definitiva?

Es un organismo vivo y sin estar errados a que entre alguien más, podemos decir que creemos estar los suficientes, si ya es difícil organizarnos nueve, incrementar el número lo complicaría aún más.

¿A qué tipo de público van dirigidos principalmente vuestros temas, hay algún mensaje en ellos que queráis trasmitir?

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A todos los públicos, hemos descubierto que tenemos fans de todas las edades, desde niños hasta sus abuelos. Nuestro mensaje es el genérico de la música, el de la alegría que surge a veces incluso del dolor, el de un lenguaje universal que une a las personas. Si hubiera que resumirlo en una palabra, esta sería amor.

Componer, interpretar, ensayar y actuar, todo esto forma parte del proceso creativo de la música. ¿Cúal diríais que es la fase que más os motiva?

F.: El escenario, la interpretación de la canción, es lo que más me llena, actuar en directo. Disfruto mucho cuando estamos dando forma a una canción o ensayando con los compañeros, pero la sensación del contacto con el público en el escenario para mí es única, como cada actuación.

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A.: Todas las fases son necesarias para que el esfuerzo tenga sentido, pero quizás para mí las más bonitas son, primero cuando de la nada sale una frase, una melodía, cuando me visitan las Musas y surge la inspiración. El segundo momento más bonito es cuando eso que has recibido a través de la inspiración se materializa, lo compartes con los compañeros, y ves cómo prende y coge luz de cada uno, hasta que de repente deja de ser solo tuyo.

Hablemos de vuestro primer disco, Cuando la Luna muera.

Con este disco creo que arriesgamos bastante, metimos en él canciones muy diversas sencillamente porque nos gustaban mucho. La idea de partida, cuando la Luna muera / nos queda por soñar/la noche sin final, viene a ser la reflexión de que mientras estamos por aquí, cuando aún hay luz, conviene lanzarse a hacer lo que se quiera y disfrutar lo posible, porque el tiempo pasa antes de que nos demos cuenta. Contiene siete canciones propias y una pieza instrumental. Se grabó en los estudios de la academia Classic&Contemporary y ha contado con la colaboración de varios músicos, como el guitarrista Aníbal González, el batería Guillermo Córdoba, el bajista Adolfo P. Campini y el instrumentista folk Daniel Martín. Hay que decir también que en la idea de grabar el disco tuvo mucho que ver Aníbal González, el director de la escuela de música.

¿En qué soportes y plataformas puede adquirirse y escucharse vuestra música?

Estamos en Amazon, Spotify, YouTube, en el blog de Alejandro Campos de Fresa (todoal59.blogspot.com) y especialmente en Facebook, donde mantenemos al tanto de nuestra actividad a seguidores y amigos, con fotos, vídeos e información de última hora. Físicamente puede adquirirse el CD en Musical Lukas y en nuestras actuaciones.

Son innumerables las actuaciones que lleváis realizadas en estos años, ¿recordáis alguna de forma especial?

F.: La de la presentación del disco en el Teatro del Mercado tuvo momentos maravillosos, porque se conjugaron una serie de cosas muy bonitas. La alegría de lanzar el primer disco; el sonido, que fue muy bueno; hubo llenazo total, con gente en la puerta tratando de conseguir entrada. Aparte del público estuvimos arropados por numerosos amigos y familiares. Fue muy emotivo, muy especial.

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Si os dieran a elegir cualquier escenario y lugar del mundo ¿dónde os gustaría actuar?

F. (sin pensarlo): En el Teatro Romano de Mérida.

A.: Dicho esto, me veo incapaz de subir la apuesta.

En vuestro próximo disco dais un giro de 180 grados y pasáis de la Luna al Sol, ¿qué podéis decirnos de él y de vuestros proyectos a corto, medio y largo plazo?

El primer disco se grabó en verano, salió en invierno y es un disco lunar; este probablemente se grabará en invierno, saldrá en verano y será un disco solar, más alegre, más fresco y luminoso. Nos gustaría que cada tema pudiera ser un single, como se decía antes, una canción con brillo propio. En cuanto a proyectos, aparte de grabar este disco, en Navidad vamos a hacer algunas galas benéficas: a estas siempre que podemos decimos que sí. Estaremos en Navalmoral, en Talayuela y en el Corral de las Cigüeñas en Cáceres. Tenemos previsto un concierto en Navalmoral para celebrar el Día del Libro, todo en portugués, con música brasileña y algún fado. Y algunas cosas pendientes de confirmación, de las que llegado el momento os iremos informando.

Estamos terminando y sabemos que a nuestros lectores les gustan las anécdotas, ¿recordáis alguna en particular?

F.: La primera vez que actuamos como La Bossa y la Vida fue en el antiguo restaurante Mamma Soul. Ya de entrada tuvimos muchos problemas con el sonido, pero lo peor fue que en plena actuación, mientras cantaba, vi cómo caía sobre mi hija una columna de sonido. El susto fue tremendo, tiré el micrófono, salté del escenario sin pensar que llevaba tacones y salí disparada a ver qué le había pasado a mi hija. Afortunadamente solo le rozó el brazo y no tuvo mayores consecuencias, pero en aquel momento me quedó la duda, hasta que el tiempo demostró lo contrario, de si sería una premonición negativa sobre nuestro futuro artístico, por aquello de quien mal empieza...

Muchísimas gracias por vuestra confianza y por habernos dedicado estos momentos tan gratos. ¿Qué diríais para despediros?

A.: Quiero recordar a Minerva Talaván, una exalumna mía, autora de la portada de disco y colaboradora en nuestros carteles, un joven talento moralo. Nos encanta saber que contamos con su participación.

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F.: Por otro lado también me gustaría mencionar a Gonzalo Rodríguez, hay fotos suyas en el disco, nos hace fotos preciosas en los conciertos y para mí es como si fuera de la familia. Estamos encantados de contar con él. Para terminar, me gustaría dar las gracias a nuestro público, a nuestros seguidores, a las personas que van a los conciertos, compran nuestros discos y nos hacen un hueco en los medios de comunicación y redes sociales, sin ellos La Bossa y la Vida no tendría voz.

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