

Inés Martín Rodrigo (Madrid, 39 años) - y con raíces en Peraleda de la Mata, donde pasó su infancia- cumplió este jueves un sueño. Se convirtió en la ganadora del Premio Nadal de novela, que falló su 78 edición y que por segundo año consecutivo no pudo celebrar la tradicional y multitudinaria velada literaria debido a una pandemia que no da tregua.
La periodista y escritora -que vivió algunos años en Navalmoral- se lo adjudicó con 'Las formas del querer', su segunda novela, armada en torno a la memoria familiar de Noray, la protagonista, y en la que indaga en todas las formulaciones y posibilidades del amor.
«Hay tantas formas de querer como seres humanos», explicaba con emoción la ganadora, periodista cultural y flamante dueña «del premio más bonito» con el que soñaba, dotado con 18.000 euros y decano de los galardones literarios en España. Martín Rodrigo, que trabaja en la sección de Cultura del diario ABC, de Vocento, toma el relevo de Najat el Hachmi, ganadora en 2021 con 'El lunes nos querrán', y de Ana Merino, que se impuso en 2020 con 'El mapa de los afectos'. Es la tercera ganadora consecutiva del preciado galardón, un termómetro fiel de nuestra literatura desde que en1944 lo ganara Carmen Laforet con 'Nada'.
La novela ganadora reflexiona sobre el amor escarbado en una historia familiar. Tras la muerte de sus abuelos, Noray se encierra y escribe el libro que tenía pendiente y que la aterrorizaba, jugando con los recuerdos familiares a lo largo de toda una vida. «Creo en el poder reparador y terapéutico de la literatura», explica la ganadora, que reconoce que para ella ha sido tan balsámico escribir esta novela como para su protagonista.
«Lo que no se nombra no existe y yo, como Noray, con su novela he buscado alivio y luz», admite.
Martín Rodrigo había publicado antes 'Azules son las horas' (Espasa, 2016), novelando la vida de Sofía Casanova, la primera corresponsal de guerra española. Ahora da un golpe de timón y habla de una joven que se ancla a la tierra y a la palabra como esos norays a los que se aferran los barcos y los buques en los puertos.
«Ella, como yo, encuentra el consuelo de las palabras en la dura historia de de su familia y su abuela Carmen», avanza de un relato que transcurre desde la guerra civil al siglo XXI y que estará en las librerías el 2 de febrero.
La protagonista acabará descubriendo que «la mejor manera de amar es ser fiel a sí misma», dijo Martín Rodrigo que llevaba dos años a vueltas con un relato «que me ha acompañado toda mi vida» y que dedicó a su madre, Aurora, fallecida cuando ella tenía 14 años. «No nos olvidemos de que lo mayores son, además de nuestra memoria, nuestra raíz y nuestro ancla con la vida» reivindicaba.
«Vivimos tiempos oscuros, convulsos y difíciles, con crímenes de odio y homófobos, y es más necesario que nunca saber que hay tantas formas de amar como seres humanos: que son infinitas las formas de querer como dice el título de la novela» dijo. Acabó definiendo su novela como «una colcha literaria hecha con retazos de mi memoria para inventar y en el que me he dejado contaminar por los recuerdos familiares, pero teniendo muy claro que cualquier parecido con la realidad es pura ficción y que el espejo de la literatura te devuelve un reflejo que nunca miente»
El jurado que premió a Martín Rodrigo por mayoría estuvo formado por Alicia Giménez Bartlett, Care Santos, Lorenzo Silva y Andrés Trapiello, todos autores de la casa, además de Emili Rosales, editor de Destino. A esta edición del Nadal se habían presentado 937 originales, algunos menos que en la edición anterior, cuando se estableció un récord de participación con 1.044 aspirantes.
Escritora a ratos, periodista a tiempo completo
«Periodista a tiempo completo y escritora a ratos». Así se define Martín Rodrigo, que espera dedicar mucho más tiempo a la literatura tras ganar el Nadal.
«Escribir me hace feliz y con esta novela he crecido y me he curado. Llevo una mochila muy cargada y gracias a la literatura voy soltando piedras», confesaba esta informadora y narradora con el Nadal en sus manos.
Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, Martín Rodrigo coordina el área de libros de ABC, y colabora de forma habitual en el suplemento ABC Cultural. Dotada entrevistadora, en 'Una habitación compartida' (Debate, 2020) y con un guiño a Virginia Woolf en el título, reunió sus diálogos con una treintena de relevantes autoras con quienes a lo largo de una década ha «conversado, que no interrogado».
Es además autora del ensayo 'David Foster Wallace, el genio que no supo divertirse', que aparece en la obra 'David Foster Wallace: Portátil' (Literatura Random House, 2016), y del prólogo de la edición en español de 'El diario de Virginia Woolf. Vol. I (1915-1919)' (Tres Hermanas, 2017).
Uno de sus cuentos, titulado 'Naufragio', figura en la antología 'El cuaderno caníbal' (Pálido Fuego, 2017), un homenaje a la obra de los cineastas Isaki Lacuesta y Manuel Martín Cuenca. Otro de sus relatos, 'Salto al vacío', formó parte del número especial que el suplemento ABC Cultural dedicó a los 125 años de la revista 'Blanco y Negro en 2016.
Colaboradora de la Fundación Telefónica, el Hay Festival, Acción Cultural Española y la Casa de América, Martín Rodrigo desempeña un papel muy activo en la vida cultural española. No en vano, ha sido jurado de los premios literarios El Ojo Crítico de Narrativa, el de Novela de Jaén, el Doss Passos a la primera novela, o el Carmen Martín Gaite.
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