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Martes, 3 de septiembre 2024, 23:20
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Mujer independiente, educadora social, terapeuta holística, artesana, restauradora de muebles, escritora de cuentos infantiles, futura ganadera…
Todo eso y mucho más, además de una gran conversadora repleta de ilusiones, es Verónica Blázquez, vecina de Bohonal de Ibor desde hace tres años, cuando decidió que la vida que llevaba en Torrejón de Ardoz, su ciudad natal, no le llenaba y tenía que cambiar. Y lo hizo por completo, a la mal llamada España vaciada, donde disfruta de una calidad de vida que ahora mismo no cambia por la capital de España.
Rodeada de sus creaciones artesanas y de vecinos y vecinas de todas las edades que le preguntan por sus manualidades, nos encontramos con Verónica en los soportales situados en las traseras de la iglesia que preside la plaza de Bohonal, donde instaló un pequeño puesto en el fin de semana del centenario de la torre del reloj.
«Me encuentro un día en Madrid, en mi casa y pensé, aquí ya lo tengo todo hecho. Toda la vida así, trabajo fijo, el piso… Y me dije, me voy a Bohonal de Ibor, a la casita de mis padres. Mi familia es de Mesas de Ibor, a pocos kilómetros, y siempre ha tenido una conexión con el pueblo súper bonita. Llevo tres años aquí y estoy encantada, viviendo de la artesanía muy poquito a poco, llamando a diferentes puertas para ofrecer toda la experiencia laboral que tengo adquirida, que es un recorrido muy chulo, y con todos los recursos con los que cuentan los pueblos con la intención de hacer algo».
Ese «algo» puede ser la artesanía que elabora, los muebles que restaura, los cuentos que escribe o su trabajo como educadora social, un compos, como ella misma dice, «porque una cosa sola no da para vivir».
«Voy mezclando, porque toco muchos palos y la gente ya me va conociendo por esas cosas, como la restauración de muebles. Vamos, una mijinina de aquí y otra mijinina de allí, con la intención de montar una pequeñita empresa para poder vivir. Aunque es verdad que hay que tocar muchas puertas y dar muchas pinceladas, pero sé que lo voy a conseguir».
Creatividad a tope
Volviendo a la artesanía, que es lo que mostraba en el puesto de la plaza, Verónica explica que ha estado todo el invierno en casa tejiendo y creando, con ganchillo, con material de reciclaje o con materiales del campo, para «hacer cosas originales y mágicas. Osea, sacar la creatividad en todo lo que hay por aquí, que es mucho. Incluso da para escribir cuentos para estas navidades».
Además presume de haberse comprado un «terrenito», donde tiene una pequeña huerta, que este año no ha podido plantar y en la que le gustaría meter «el día de mañana algún animal» y tener una forma de vida completa.
«Es una apuesta que lleva mucho curro, ya lo sé, pero va saliendo poquito a poco. Vas viendo la expectación. Y los vecinos muy bien. En zonas rurales como esta nos cuesta mucho sobrevivir a la gente a la que todavía nos quedan unos años de seguir trabajando. Pero como calidad de vida no lo cambio por Madrid. Te levantas y disfrutas de la tranquilidad, de los paisajes del entorno, de los pájaros, de la creatividad… y poder vivir de lo que deseas, aunque sea muy justo, porque creo en lo que hago. Cuando dicen eso de llegar a una meta, para mí la meta es vivir de lo que quiero y poder sentirme realizada como persona. Aquí en Bohonal, con sus gentes, con su buena gente», afirma.
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