Fernando Martín extiende a Mauritania su labor humanitaria
Policía Local jubilado, comenzó recogiendo mantas tras el terremoto de Siria y después se involucró en ayudar a los refugiados ucranianos
Miguel Ángel Marcos
Domingo, 7 de enero 2024, 15:45
A principios de 2022 Fernando Martín Pascual, un conocido Policía Local moralo, ya jubilado, organizó una recogida de mantas con destino a los damnificados por el terremoto de Siria. Tales fueron las emociones que aun sigue con su labor humanitaria, que recientemente le ha llevado hasta Mauritania.
Lo explica a HOY el propio Martín quién, tras participar también en recogidas de alimentos y material sanitario para Turquía y Ucrania, se involucró con la asociación vasca ADATO, centrada en iniciativas en el campo de la ortopedia y la traumatología, pero que va mucho más allá.
«Hasta Mauritania he viajado con un traumatólogo, un otorrino, un especialista en ortopedias y un oftalmólogo», señala. Durante varios días han pasado consultas maratonianas a cientos de pacientes en la ciudad de Nuadibú, aquejados de diversos problemas y enfermedades, como diabetes, glaucoma, cataratas, amputaciones o deformaciones.
Martín señala que en esta ciudad, centrada en la fabricación de abonos a base de pescado, existe mucha contaminación atmosférica a causa de este proceso. «Para lograr una tonelada de abono se utilizan cinco de pescado. Esto genera mucha contaminación en el aire, lo que está provocando muchos problemas de visión en sus habitantes», afirma.
De ahí la proliferación de dolencias asociadas con la vista y la solicitud de ADATO a las autoridades para que habiliten un quirófano «al menos para poder hacer operaciones sencillas».
También un taller de ortopedia, en el que poder atender a pacientes y fabricar prótesis. «Hay muchos niños con deformaciones y amputados. La verdad es que ha sido una experiencia tremenda», relata.
Material médico necesario
Además de los profesionales médicos y los voluntarios que, como Fernando, se encargaron de organizar y auxiliar en las consultas, desde España también partió un contenedor con material y equipos sanitarios.
Entre estos, dos ecógrafos, respiradores, mesas, camillas, sillas de ruedas, muletas, etcétera. Todo listo para su puesta en funcionamiento y uso, en su mayor parte donado por el hospital Santiago Apóstol, de Vitoria.
Sobre la elección de Mauritania, explica que ADATO estaba trabajando en la vecina Benín, pero que actualmente es inviable viajar hasta este país de África occidental. «Eligieron Mauritania por contacto con un médico del hospital de Bilbao, que es saharaui», señala.
La intención de Fernando es seguir ayudando en Mauritania, viajando dos o tres semanas al año, hasta que autoricen de nuevo entrar en Benín, cuya situación humanitaria es más complicada.
De hecho continúa recogiendo alimentos y material de todo tipo. Un ejemplo reciente es la donación por parte del grupo alimentario Cerealto de 14.000 kilos de alimentos, que en breve se enviarán a Ucrania y Mauritania.
«Y sigo recogiendo material escolar por aquí, cien ordenadores que me ha dado un instituto de Cáceres,… A ver si podemos meterlo todo en otro container que partirá el día 18», concluye.
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