Colaboración

Fátima recibe a más de 70 peregrinos de Navalmoral y la zona

Nada más llegar y antes de subir las maletas al hotel, fuimos a la Capelinha a saludar a María y poder contemplar esos ojos misericordiosos que dijeron siempre Sí al Señor.

Tras la comida, las personas más mayores visitaron la basílica de Ntra. Señora del Rosario, la tumba de los Pastorcitos, la basílica de la Santísima Trinidad y la capilla de la Adoración al Santísimo Sacramento, entre otros. Al mismo tiempo, los confirmandos recibían una catequesis divertida compaginando los cantos, el bingo y un pasapalabras muy especial.

A las 19.15 h. era el momento de reunirnos todos junto a María y participar en la Eucaristía, donde como diácono tuve la suerte de concelebrar y estar muy cerquita de la imagen de nuestra Señora de Fátima. Nuestro grupo fue anunciado por el Padre Agustín, responsable de las celebraciones en español, junto a los otros 14 grupos de peregrinos de diferentes puntos de España, entre ellos, la Adoración Nacional Eucarística.

Tras la cena, hice entrega a cada uno de los asistentes de un rosario que había traído y bendecido en Roma. Con nuestro rosario y nuestra vela fuimos hacia la Capelinha para participar en el Rosario Internacional y la procesión con la imagen de la Virgen.

Fue un momento muy especial y entrañable que puso fin al primer día de peregrinación. Aunque varios participantes permanecimos varias horas más, hasta bien entrada la madrugada, en la Capelinha y otros adorando al Santísimo Sacramento en la Basílica de Nuestra señora del Rosario.

Senda de los pastores

El domingo por la mañana, nos pusimos en camino, recorriendo esa senda que recorrían los pastores y que ahora es el Viacrucis. En silencio y en un clima de oración profundo, fuimos contemplando cada una de las 14 estaciones. Muchos se emocionaron en la parada ante la imagen de la aparición del 15 de agosto.

Para concluir el viacrucis nos reunimos en oración en la capilla del Calvario, con emoción y alegría, sabiendo que Cristo está Vivo y Resucitado y que quiere que permanezcamos unidos siempre a Él para darnos Vida y Paz.

Tras la visita a la aldea de los pastores, pusimos rumbo al hotel para la comida. Después de un tiempo libre cogimos nuestras maletas y nos pusimos en camino con el corazón lleno de momentos especiales junto a Maria y Jesucristo.

El viaje estuvo lleno de alegría, cantos, chistes y anécdotas.

Gracias Maria por tu SI al Señor, gracias Madre por decirnos a nosotros lo que debemos hacer para alcanzar la paz.