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Visita durante la jornada celebrada en Villanueva de la Vera Emma Pérez-Romera
La evolución del olivar pasa por las producciones en seto, de más de 1.500 plantas por hectárea

La evolución del olivar pasa por las producciones en seto, de más de 1.500 plantas por hectárea

Ayudan al agricultor a mejorar su explotación y sus resultados finales tanto de producción como de rentabilidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente

Emma Pérez-Romera

Lunes, 25 de septiembre 2023, 12:17

La evolución del cultivo del olivar extremeño pasa por las investigaciones sobre producciones en seto, de más de 1.500 plantas por hectárea, que ayudan al agricultor a mejorar su explotación y sus resultados finales tanto de producción como de rentabilidad, sostenibilidad y respeto al medio ambiente. Así se puso de manifiesto en la Jornada de transferencia de conocimiento sobre el olivo celebrada en Villanueva de la Vera por iniciativa de Rural Innovation Hub.

El olivar es el principal cultivo en Extremadura en cuanto a superficie, pero no sólo eso: es un cultivo muy arraigado en la zona, muy relacionado con la cultura extremeña y durante décadas familias enteras han vivido en exclusiva de él. Bajo esta premisa se centran todos los apoyos a agricultores de la región e investigaciones público/privadas con el objetivo de mejorar su producción, rentabilidad y sostenibilidad.

Así lo comentaba a HOY Juan Manuel Pérez, técnico responsable de los trabajos de agronomía y técnicas de cultivo en olivar en el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX). «Empezamos a estudiar olivares tradicionales típicos de la zona para ver cómo funcionaban al pasarlos de secano a regadío en plantaciones pequeñas y también en plantaciones intensivas, metiéndoles más plantas en riego desde pequeñitas para ver cómo iban reaccionando».

Pero los trabajos no se limitaban a las plantas: en torno a ellas hay una cultura del olivar que había que empezar a cambiar, unas practicas de poda, fertilización, etc. pues «de nada sirve poner riego al olivar y luego hacer una poda radical y eliminar toda la materia vegetal que se ha creado». El objetivo de todo ello, la evolución armónica del cultivo y poder sacarle así el máximo beneficio.

Con esta premisa en la cabeza se empieza a trabajar el olivar en seto, que supone intensificar aún más el cultivo. «Si un olivar tradicional son 100 árboles por hectárea de media, el intensivo son de 200 a 400 por hectárea y de olivar en seto ya hablamos de más de 1.500 plantas por hectárea, formando un seto como su propio nombre indica y con sistemas de producción totalmente mecanizados», asegura Juan Manuel Pérez.

¿Pero por qué se han extendido los cultivos en seto? «Porque ayudan a rentabilizar el olivar y a ahorrar costes de cultivo. Tenemos la variedad estrella que es la Arbequina, que se introdujo en Extremadura para ver cómo reaccionaba en esta tierra con este modo de cultivo en seto y descubrimos que aplicando menos cantidad de agua y de manera correcta conseguimos producciones bastante buenas y con un mejor aceite».

Emma Pérez-Romera

Pero no solo se trabaja con Arbequina, también otras variedades en poda como Manzanilla Cacereña, Manzanilla Sevillana, Picual o variedades mezcladas para ver cuál es la más temprana, la más tardía, la que se adapta mejor al frío, al calor del verano extremeño o también al suelo que tenga la planta, más arenoso o más arcilloso. La agricultura de precisión, el uso de drones, también ayuda a describir y caracterizar plantaciones comerciales heterogéneas, cómo hay que regarlas, fertilizarlas y abonarlas de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente, porque de nada sirven plantaciones que gasten mucha agua o mucho fertilizante si no son sostenibles ni rentables para los agricultores.

Manzanilla cacereña, una joya por explotar

La elección de una variedad u otra para seto se hace en función de su productividad: que obtenga mucha producción de aceite, que sean estables, tempranas, etc. y en el caso de la Manzanilla Cacereña los expertos aseguran que es una variedad muy interesante «primero porque está adaptada, segundo porque da un aceite excepcional y además tiene doble actitud, para aceituna de mesa o para aceite pero es cierto que tiene poco rendimiento graso así que a lo mejor el porte o el crecimiento no se adapta totalmente a un seto por lo que podría ser interesante cruzarla con alguna variedad y obtener alguna 'hija' para que tuviera buena adaptación al sistema de cultivo en seto», concluye Juan Manuel Pérez.

La Morisca o Cornicabra, variedades también de la tierra, no se están aún introduciendo en producción en seto por sus propias peculiaridades pero sí en otras plantaciones más pequeñas.

Arbosana es otra que también está dando buenos resultados en producciones en seto, como explica Juan Carlos Cañasveras, director de desarrollo de Negocio de Balam Agriculture. «Y también se está optando por variedades nuevas como Sikitita 1, que es un cruce de Picual con Arbequina que se está acoplando muy bien, se maneja muy bien en riego, también en secano, se obtiene un aceite de muy buena calidad, hay pocos costes de poda. Y además de esta variedad empiezan a entrar en el mercado otras como Sikitita 2 o Martina, accesibles a los agricultores. Lecciana, Coriana y Oliana son otras tres variedades que también están dando muy buenos resultados, se adaptan muy bien al seto por ser variedades con poco vigor y aun no siendo de la tierra se adaptan muy bien a ella».

¿Y Cornicabra? «Es una excelente variedad con un excelente aceite, pero por el vigor y el manejo de poda que tiene le cuesta más adaptarse a un olivar en seto, pero no significa que no se pueda adaptar sino que los costes de mantenimiento dson mayores y por eso no se está implantando en producciones en seto. Picual tampoco se está adaptando. pero sí está sirviendo como parental para los nuevos cruces que se están realizando. Y Cornicabra también debe ser usada para mejorar genéticamente y que aporte ese extra de calidad de aceite que tiene», asegura Cañasveras.

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