Borrar
Rosa María Bautista al recibir uno de los últimos premios Violeta MAM
Las firmas de HOY Navalmoral

Por Esther, Marta, Sandra…

«El progreso socioeconómico y el bienestar de los ciudadanos dependen en gran medida de la ciencia y la innovación, un ámbito en el que el papel de la mujer es imprescindible»

Rosa María bautista, periodista

Martes, 2 de marzo 2021, 22:09

Esther es bióloga. Se formó en Madrid y trabajó durante algunos años en ensayos clínicos en uno de sus hospitales más conocidos. El fin del proyecto en el que había ocupado la primera parte de su vida laboral coincidió con el inicio de su relación con la que hoy es su mujer, Marta, y dado que la situación para los profesionales de la investigación estaba cada vez más complicada en nuestro país decidió aceptar un puesto de trabajo en Londres donde desarrolló su labor, en investigación biomédica, en un centro experimental de estudios contra el cáncer.

Allí nació su hijo y Marta puso en marcha un proyecto profesional que pensaba desarrollar plenamente en España, cuando volvieran. Lo hicieron en el verano de 2019; ilusionadas, con algún dinero ahorrado, citas para entrevistas de trabajo en el caso de Esther y, en el de Marta, direcciones para visitar locales e iniciar su actividad como emprendedora.

Unos meses después, en marzo de 2020 tuvieron que emigrar de nuevo, esta vez a Alemania donde Esther encontró el puesto de trabajo que en España había sido imposible; en esta ocasión en la investigación del covid-19. Marta aparcó momentáneamente su proyecto y el bebé, que ahora tiene dos años recién cumplidos, ha vivido ya en tres países distintos. Esta historia no es nada original y seguro que muchos de ustedes conocen otras similares.

El pasado 11 de febrero se celebró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, cuyo objetivo es hacer visible la importancia de la igualdad de oportunidades en un ámbito profesional en el que España no figura precisamente en los puestos de cabeza de los países europeos. No sólo está lejos de Francia o Alemania, sino que aparece a años luz de Suecia.

A esto hay que añadir que, según datos oficiales, la proporción de mujeres en el conjunto del personal investigador en España no ha mejorado en los últimos diez años; y, por supuesto, disminuye según se avanza en la escala profesional tanto en organismos públicos de investigación como en las propias Universidades.

En el acto institucional celebrado en la Universidad de Extremadura con motivo el 11 de marzo, el consejero de Economía y Ciencia reconocía que el progreso socioeconómico y el bienestar de los ciudadanos dependen en gran medida de la ciencia y la innovación, un ámbito en el que el papel de la mujer, dijo, es imprescindible. Nada más cierto.

Inversión urgente en I+D+I

La pandemia de covid-19 ha puesto de manifiesto esa dependencia y la necesidad de inversión urgente y generosa en I+D+I; inversión real y directa para que nuestros científicos y científicas no tengan que emigrar. Y en cuanto al papel de la mujer en la ciencia, nombres como Margarita Salas o María Blasco lo dicen todo.

Sandra es médico. Su ya larga experiencia profesional y los complicados escenarios en los que a veces ha desarrollado su labor no le impiden reconocer que ha llorado muchas veces al volver a casa tras una dura jornada de hospital con enfermos de covid.

La falta inicial de cualquier arma de defensa ante un virus desconocido; la escasez de material de protección; la carencia de personal que obliga a veces a doblar guardias; la indefensión y soledad de los enfermos; la tragedia de unas cifras diarias de muertos que aún hoy son aterradoras y algunas otras cosas sobre las que prefiere callar, han exigido y aún exigen un sobreesfuerzo a los profesionales de la sanidad que ni está reconocido ni pagado. Para luego encender la tele y encontrarse con esa parte anestesiada de la sociedad que alegremente pone en riesgo su salud y las vidas ajenas.

El 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Muchas mujeres que se formaron en España y que quieren volver están trabajando en el extranjero donde sí pueden desarrollar su labor profesional. Son mujeres de ciencia, como Esther; emprendedoras como Marta; médicos y enfermeras como algunas amigas de Sandra y muchas otras, demasiadas, de diferentes profesiones. Esto es algo que no nos podemos permitir como sociedad porque las necesitamos aquí.

Así que no; no sólo hay que reconocer el problema, hay que ponerle remedio.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

hoy Por Esther, Marta, Sandra…

Por Esther, Marta, Sandra…