Pablo Alfonso recuero

Esculturas de verracos se suman a los hallazgos del embalse de Valdecañas

Técnicos de la Junta y del Ministerio realizan actuaciones de recuperación, documentación y conservación de diferentes elementos patrimoniales

REDACCIÓN

Miércoles, 11 de agosto 2021

Del fondo del embalse de Valdecañas sigue aflorando patrimonio sumergido. Las últimas piezas en aparecer han sido esculturas de verracos de época vetona.

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Técnicos de Patrimonio de la Junta y del Ministerio de Cultura realizan esta semana actuaciones de recuperación, documentación y conservación de diferentes elementos del patrimonio arqueológico aparecido en la cuenca del embalse. La bajada de la cota de agua también ha sacado a flote los restos de un antiguo convento de Santa Cruz de Alarza, que después fue casa señorial y granja medieval.

Además de los verracos de piedra, se recuperarán algunos bienes que se encontraban localizados en diferentes puntos del embalse, como una inscripción de época romana o hitos con grabados de época prehistórica.

«Además, se documentará un extenso yacimiento de carácter funerario con restos de construcciones de época probablemente romana y de carácter hidráulico», señala la Junta de Extremadura en nota de prensa.

Augustóbriga

El equipo arqueológico también trabajará en el yacimiento romano de Augustóbriga, situado en la margen del río Tajo, a fin de poder documentar las diferentes estructuras que han aparecido por la bajada del agua y poder actualizar la información que se tiene sobre el conjunto.

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Los trabajos que se realizan en el embalse se enmarcan en el Grupo de Trabajo del dolmen de Guadalperal, formado por la Junta de Extremadura y los ministerios de Cultura y Deporte y para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, y cuyo cometido es el diseño, dirección y seguimiento del plan de acción que permitirá la recuperación del monumento. Dicho grupo ha permitido la investigación y el trabajo sobre los elementos del patrimonio sumergido en Valdecañas.

Cabe recordar que el dolmen ha vuelto a quedar fuera del agua al completo, como ya sucedió en el verano del 2019, aunque con menos interés mediático que entonces.

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