
La enfermera que triunfa en Netflix
Extremadura en femenino ·
Clara Alvarado, actriz y enfermeraExtremadura en femenino ·
Clara Alvarado, actriz y enfermeraHay acontecimientos tan brillantes que pueden dejar sin luz lo que sucede alrededor. Clara Alvarado (Navalmoral de la Mata, 1990), en su corta carrera profesional, ya se ha dado cuenta. Una suerte. A sus 29 años sabe lo que es formar parte de un proyecto exitoso. Interpreta a Ariadna en 'La Casa de Papel', la ficción que ha llegado a más de 65 millones de hogares de todo el mundo, según Netflix, la plataforma que la emite.
El casting para esta serie le llegó en 2017. «Ese fue el año de mi consolidación en la profesión», recuerda. Tras el rodaje de las dos primeras temporadas estuvo en el Festival de Teatro Clásico de Mérida con 'La bella Helena' y comenzó a girar con 'El funeral', obra de teatro en la que compartía escenario con Concha Velasco.
Académicos Realizó sus primeras etapas educativas en Navalmoral de la Mata y se trasladó a Madrid para graduarse en Enfermería, primero, y cursar Arte Dramático, después.
Familiares Su padre, Faustino, trabajó como enfermero y su madre, Rosa, ejerce como auxiliar de Enfermería en el Hospital Campo Arañuelo. Tiene una hermana mayor, Paula.
Personales La naturaleza es una de sus pasiones y el pueblo de sus padres, Deleitosa (Cáceres), está entre las primeras opciones para su tiempo libre –no ha perdido la vinculación con Extremadura, «tiene prácticamente todo lo que necesito», reconoce–; la música y el cine ocupan sus ratos de ocio.
Ya un par de años antes, con el musical 'La Llamada', Alvarado sintió que su carrera cobraba cierta inercia. En ese 2015 visitó por primera vez el teatro romano de Mérida con 'Hércules, el musical'. Aunque a las épocas con trabajo le seguían periodos de inactividad que cubría como camarera, azafata o con otros empleos.
Eso no le impedía mantener su mirada fija en la interpretación como primera opción laboral y la aparición en capítulos de diferentes series, como 'Cuéntame cómo paso', o la grabación de cortometrajes y otros proyectos hacían que no se desvinculase del mundo de las artes escénicas. «Estuve dos años haciendo la obra 'Mi madre, Serrat y yo' y eso me dio una continuidad que necesitaba», apunta.
No es casualidad que los musicales ocupen un espacio muy importante en su currículo. Además, de formar parte de los grupos de teatro del colegio –«me apuntaba a todas las actividades musicales y artísticas que podía», comenta–, a las doce años entró en la Escuela de Música de su localidad natal. Allí estudió clarinete –«aunque yo quería violín», dice mientras se le adivina una sonrisa– y canto lírico. No terminó el grado medio, ya que con 18 años se desplazó a Madrid para empezar la universidad.
Tras el Bachillerato de Ciencias se decantó por Enfermería. «Un poco impulsada por la vocación de mis padres, que son sanitarios los dos», asegura, porque reconoce que no tenía muy claro hacia donde dirigir sus estudios. Acertó, la carrera le gustó y la vocación, a lo mejor algo escondida, también estaba.
Sin embargo, no olvidó su amor por la interpretación. «La expresión artística es algo que necesito y siempre he necesitado», en palabras de esta extremeña, que ya en el segundo curso de Enfermería hizo alguna prueba para cortos o participó en sesiones de fotos con una amiga. Finalmente, optó por compatibilizar su formación sanitaria con la de Arte Dramático y durante tres años estuvo en Arte 4 Estudio de Actores.
No abandonó la enfermería. Hizo las prácticas y se graduó. Pero encaminó su carrera profesional hacia la interpretación. El paso del tiempo le ha dado la razón. «Tengo una obra de teatro para el año que viene, a pesar de que hay mucha incertidumbre por la situación actual», menciona en relación a la crisis sanitaria del coronavirus, que ha paralizado al sector.
Ella también se ha visto afectada. En 2019 apostó por Biuti Bambú, un grupo de música en el que Clara Alvarado e Itziar Segovia son las voces y las caras visibles. «Tenemos las canciones de un disco y la presentación fue en febrero, pero todo quedó en suspenso», lamenta, ya que su intención es empezar a moverse por salas cuando llegue la tan ansiada normalidad.
The Mamas & the Papas, Simon & Garfunkel o Los Diablos son algunas de las influencias de la banda, en la que esta extremeña es responsable de varias letras. «Me gusta tener mis momentos de escribir un poco, de decir lo que pienso en un cuaderno y de ahí sale algún poema o alguna canción», detalla, para añadir que Biuti Bambú mezcla el rock psicodélico y el folk con la canción tradicional. «Hacemos canciones con contenido, muy melódicas y con mucha armonía».
No es la única relación con el mundo de la música que tiene Alvarado. También forma parte de la Girl Power Band, formada solo por mujeres y que versiona a grupos de pop-rock de los años 80 y 90. «Me encanta –dice– siempre me he sentido muy inspirada por las mujeres».
Conciertos, series, funciones, papeles protagonistas y secundarios que merecen luz en la trayectoria profesional de esta joven. Aunque el brillo se lo quede su decisión volver a la enfermería en el momento en el que más elevada era la necesidad de sanitarios en nuestro país. Desde hace dos meses trabaja en la planta de Medicina Interna del Hospital de Cantoblanco, en Madrid. «El primer día fue duro y hay jornadas en las que llego a casa muy cansada, pero sentí que debía hacerlo y aliviar un poco la carga del resto de profesionales; no podía estar en casa sabiendo que podía ayudar».
Le encantaría compaginar enfermería y actuación. Consciente de la dificultad, no oculta que diría sí a nuevos papeles y proyectos. «Sigo sintiendo el hormigueo de interpretar».
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