

Primero fue la plaza de las cigüeñas y su entorno; más tarde una franja del parque municipal y ahora la pequeña arboleda existente en la calle Cartagena, cuya tala ya ha empezado hasta terminar desapareciendo.
Las obras del tren de altas prestaciones en superficie continúan modificando, y de qué manera, el urbanismo de esa zona del casco urbano, que se está quedando sin sombra con la misma velocidad que se llena de maquinaria y vehículos de grandes dimensiones.
Para unos es un destrozo que no tendrá remedio. Para otros, el precio a pagar por el desarrollo y por tener un tren más rápido.
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